Por Déborah Buiza
@DeborahBuiza
En el tráiler de la película “A millones de kilómetros” le preguntan a José Hernández cuál ha sido su gran sueño, y contesta: ser astronauta.
Después, en la narración se escucha: “he querido esto por casi 30 años; cada decisión la he tomado con el programa espacial en mente”.
¿En qué lugar te encuentras ahora? ¿Qué decisiones te llevaron a aquí? ¿Era lo que soñabas?
Una cosa es soñar, desear algo, y otra, dirigir todas y cada una de nuestras acciones hacia ese lugar.
Por cada decisión, una acción.
Una decisión consciente detrás de cada acción.
Esto parece simple y lógico, e incluso podrías pensar “¿qué tontería estoy leyendo?”, pero te invito a que te detengas a observarte y a mirar las pequeñas decisiones que tomas todos los días y las acciones que resultan de ellas.
Te invito a cuestionar las razones detrás de las pequeñas grandes acciones que construyen tus días.
Un día decides que vas a cuidar más de tí, que te gustaría llegar a ser una persona mayor en las mejores condiciones de salud posibles… pero todos los días te acuestas muy tarde por ver series o películas y sólo duermes cuatro horas, comes alimentos que te inflaman, consumes tabaco o alcohol, te automedicas o sabes que tienes algún problema de salud y no te educas, te apegas al tratamiento ni te ejercitas… ¿Cómo llegar en buenas condiciones de salud a la vejez, si todos los días decides y actúas en sentido contrario?
Y así con todo...
¿Qué decisiones tendrías que tomar todos los días para, en algún momento, estar en el lugar donde realmente deseas estar?
Se trata de tener muy presente lo que queremos, para no olvidar en el momento de elegir. Se dice que es muy fácil tomar decisiones si tienes claro lo que deseas o a dónde quieres llegar. Tal vez sea cierto, pero en el rápido ir y venir de la vida podemos perderlo de vista, o se atraviesan algunas cosas que nos hacen “perder” el rumbo o distraernos.
Date unos minutos y pregúntate: ¿Cuántas decisiones has tomado que te lleven a cumplir tus sueños? ¿Qué decisiones te han alejado de las cosas que estaban en tu corazón?
Establece tus prioridades, metas, objetivos o sueños y busca la forma de no olvidarlas; que, paso a paso, lo que pienses y hagas lleve ese rumbo. ¡Recuérdate por qué haces lo que sea que estés haciendo!
Al final, uno no tiene garantías de que las cosas salgan como las imagina o desea, de que podamos alcanzar eso que tanto hemos soñado, pero quizá tendremos más posibilidades de lograrlo si todos los días tomamos decisiones que nos acerquen a eso que queremos para nosotros y los nuestros.
Y tú, ¿qué nuevas decisiones tienes que tomar ahora?
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