Balandra, una de las playas más bellas de México y del mundo, es lugar de avistamiento de algunas especies marinas amenazadas que se ven seriamente perjudicadas por accidentes como el ocurrido el 21 de agosto con la embarcación turística Fortius, que derramó hidrocarburos y contaminó la playa.
Reconocido como patrimonio mundial por la UNESCO en 2005, Balandra ha sido ejemplar en la protección del hábitat de manglar, como lo reconoce el ranking publicado por Oceana en el 2021.
Lo sucedido con la embarcación turística Fortius, que derramó hidrocarburos y contaminó la playa, pone en peligro la vida marina que esta Área Natural Protegida busca preservar.
Las Áreas Naturales Protegidas de México son vulnerables al no tener las herramientas para implementar los programas de manejo, y Balandra es un ejemplo de ello, toda vez que las embarcaciones incumplen constantemente horarios de visita e ingresan más de 400 personas diarias, que es el máximo permitido, debido a la falta de inspección y vigilancia, para lo cual se necesitan recursos humanos, técnicos y económicos.
Miguel Rivas, director de Santuarios Marinos en Oceana, afirma que “es fundamental preservar efectivamente las Áreas Naturales Protegidas de México, que se determinen los impactos de este accidente y se apliquen sanciones ejemplares. La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) debe establecer las sanciones correspondientes de acuerdo a la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente.”
En el caso del incidente en Balandra, el plan de manejo de esta Área Natural Protegida establece claramente que no se permite el acceso a embarcaciones motorizadas, por lo que la sanción tiene varias faltas: haber entrado, haber jugado con bengalas y el derrame de contaminantes. Es un deliberado incumplimiento del programa de manejo por zona y horario.
Este accidente es la oportunidad para que los programas de manejo de las Áreas Naturales Protegidas se actualicen de acuerdo a los retos actuales de México en materia de conservación, así como contar con los recursos necesarios para su cumplimiento, como mencionó Oceana en su ranking de Áreas Naturales Protegidas Marinas, publicado hace un año.
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