Por Omar Garfias
@Omargarfias
Aún no recuperamos el nivel de empleo de antes de la pandemia.
Luego de 27 meses, al fin se rebasó el número de empleados, pero no es suficiente porque ahora hay más personas que necesitan trabajar.
Un millón 366 mil sinaloenses se encontraban ocupados en el primer trimestre de 2020.
En el segundo trimestre de 2022, la población ocupada fue de 1 millón 388 mil.
Antes de la COVID-19 había 265 mil personas que querían trabajo, pero no encontraban, y en junio pasado eran 298 mil.
De estos últimos, 42 mil lo están buscando activamente y el resto ya no lo ha intentado.
Mucha gente se ha cansado de buscar; está disponible, pero ya no va a pedir oportunidad.
En junio había 256 mil sinaloenses en este caso; antes de la pandemia eran 225 mil. Subió 31 mil. Aunque en marzo de 2021 sólo fueron 199 mil, esa recuperación no se mantuvo.
En esta situación están 153 mil mujeres y 103 mil hombres.
Tenemos un gran problema de falta de condiciones para la incorporación al trabajo. Es necesario analizar las causas para encontrar soluciones.
Ferias de cuatro mil vacantes anuales son intrascendentes
Urge un plan de promoción de empleo con componentes de capacitación, guarderías, cuidado de enfermos, vinculación entre empresas y solicitantes y promoción de inversiones focalizadas territorialmente, entre otros aspectos a desarrollar.
Un plan de convocatoria amplia, de colaboración entre empresarios, legisladores, sindicatos, instituciones educativas y autoridades municipales y estatales.
Un gran acuerdo por el empleo.
Dejar de pelear y encargarnos de resolver un problema de la gente.
Es desigual la recuperación
El sector manufacturero creció de 125 mil laborantes, antes de la crisis, a 153 mil en junio 2022.
Restaurantes y alojamiento bajó, en el mismo periodo, de 132 mil a 110 mil.
Ahí están marcados, un sector que debe ser apoyado para aprovechar una tendencia de crecimiento y otro al que hay que ayudar a recuperarse.
Si se procura la inversión en manufacturas, pueden crearse 30 mil plazas más en un año, y si se apoya la venta de comida y hospedaje, se pueden reactivar 25 mil más.
El aumento del salario mínimo ayudó a los que ganaban menos, pero limitó el incremento a los que recibían un poco más.
En 2018, 501 mil trabajadores percibían hasta dos salarios mínimos; esa cantidad subió a 822 mil en junio pasado.
En el mismo lapso, el número de quienes tenían ingresos entre tres y cinco salarios mínimos, se redujo de 233 mil a 74 mil.
El salario mínimo debe seguir aumentando, pero debe ser acompañado de una política de apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas para que mejoren su productividad y su modelo de negocios no se base en pagar salarios que mantienen en la pobreza al trabajador.
Parte de la recuperación es muy insuficiente, es subempleo.
La cantidad de empleados de menos de 35 horas semanales subió de 304 mil, antes de la pandemia, a 386 mil en junio.
La mayoría de los trabajadores sinaloenses no tienen acceso a instituciones de salud y se siguen violando sus derechos a muchos.
Sí tienen acceso: 593 mil. No tienen, 777 mil.
Además, 684 mil laboran en el sector informal, sin ahorro para el retiro.
A pesar de estar en el sector formal, 93 mil trabajadores no reciben prestaciones, lo que es una ilegalidad que debería sancionar la autoridad.
Son cifras similares a las de antes del inicio de este gobierno federal.
No ha sucedido ninguna transformación.
El sector donde trabajan más sinaloenses es el de los micronegocios. En unidades económicas de hasta seis empleados, incluyendo el dueño, trabajan 530 mil personas, 270 mil de ellas ni siquiera tienen un local.
En grandes establecimientos sólo trabajan 70 mil y, en gobierno, 59 mil.
Es imprescindible una política de financiamiento, acceso a los avances tecnológicos, formación de clusters, digitalización, acceso a mercados y acompañamiento empresarial a los microcomercios, talleres y ambulantes.
Venturosamente, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reporta cada tres meses las condiciones de empleo, que recoge de voces de la propia gente.
El empleo, el salario y la economía de Sinaloa no están como debieran estar.
Sobre esto deberíamos estar deliberando y buscando soluciones.
Sobre de esto deberíamos unirnos.
Es importante.
Es posible.
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