
El mundo se calienta a un ritmo récord, con un calor fuera de temporada que asola casi todos los continentes. En 2024 el planeta alcanzó nuevas temperaturas máximas y los expertos dicen que es una señal clara de que el clima de la Tierra cambia rápidamente, aunque muchos dicen no creer que el cambio climático sea real y usan una serie de mitos para demostrar su punto de vista.
“La mayor parte del mundo reconoce que el cambio climático es real”, afirma Dechen Tsering, director interino de la División de Cambio Climático del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), “…pero en muchos lugares, la desinformación retrasa la adopción de medidas vitales para contrarrestar uno de los mayores desafíos que enfrenta la humanidad”.
¿Cuáles son los mitos que más frecuentemente usan los negacionistas? El PNUMA analizó ocho de ellos y los explica.
Mito 1:
El cambio climático siempre ha ocurrido; no deberíamos preocuparnos
Ciertamente, la temperatura del planeta ha fluctuado durante mucho tiempo, con períodos de calentamiento y enfriamiento, pero desde hace diez mil años, cuando ocurrió la última edad de hielo, el clima ha sido relativamente estable, lo que ha sido crucial para el desarrollo de la civilización humana.
Hoy esa estabilidad se tambalea porque la Tierra se calienta a su ritmo más rápido en al menos dos mil años y es aproximadamente 1,2 °C más caliente que en la era preindustrial. La última década ha sido la más cálida registrada y 2023 rompió las marcas de temperatura global.
Otros indicadores clave relacionados con el clima también van en aumento: las temperaturas de los océanos, los niveles del mar y las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero se incrementan a un ritmo acelerado, mientras el hielo marino y los glaciares retroceden a velocidades alarmantes.
Mito 2: El cambio climático es un proceso natural; nada tiene que ver con las personas
Si bien el cambio climático es un proceso natural, la actividad humana lo ha acelerado. Un informe histórico del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), basado en la investigación de cientos de científicos destacados del clima, concluyó que los seres humanos son responsables de casi todo el calentamiento global de los últimos 200 años.
La mayoría del calentamiento se debe a la quema de carbón, petróleo y gas. La combustión de estos combustibles fósiles inunda la atmósfera con gases de efecto invernadero, que actúan como una manta alrededor del planeta y atrapan el calor.
Al medir desde los núcleos de hielo hasta los anillos de los árboles, los científicos han rastreado las concentraciones de gases de efecto invernadero, con el resultado de que los niveles de dióxido de carbono (CO2) están en su nivel más alto en 2 millones de años, mientras el metano y el óxido nitroso —otros dos gases de efecto invernadero—,están en su nivel más alto en 800 mil años.

Conforme cambia el clima de la Tierra, los huracanes y otras supertormentas serán más comunes en el mundo. © APF/NOAA
Mito 3: Un par de grados de calentamiento no es gran cosa
Pequeños aumentos de temperatura pueden desestabilizar los delicados ecosistemas del mundo, con consecuencias nefastas para los seres humanos y otros seres vivos. El Acuerdo de París busca limitar el aumento de la temperatura media global a “muy por debajo” de los 2° Celsius, y preferiblemente a 1,5°C, tomando como base la temperatura de la época preindustrial.
Incluso un cambio de medio grado podría suponer una enorme diferencia. El IPCC concluyó que con un calentamiento de 2°C, más de dos mil millones de personas estarían expuestas regularmente a un calor extremo, en comparación con un aumento de 1,5°C.
El mundo también perdería el doble de plantas y especies de vertebrados y el triple de insectos. En algunas zonas, el rendimiento de los cultivos disminuiría en más de la mitad y pondría en peligro la seguridad alimentaria.
Con un aumento de 1,5°C, morirían entre 70 y 90 por ciento de los corales, pilares de muchos ecosistemas submarinos, pero con un aumento de 2°C perecería aproximadamente el 99 por ciento. Su desaparición probablemente provocaría la pérdida de otras especies marinas, muchas de las cuales son una fuente fundamental de proteínas para las comunidades costeras.
Mito 4: Más olas de frío demuestran que el cambio climático no es real
Esta afirmación confunde el tiempo y el clima, dos cosas muy diferentes. El tiempo marca las condiciones atmosféricas cotidianas de un lugar, en tanto el clima muestra las condiciones meteorológicas de una región a largo plazo. Por lo tanto, podría haber una ola de frío mientras la tendencia general del planeta es el calentamiento.
Algunos expertos consideran que el cambio climático podría provocar un frío más intenso y prolongado en algunos lugares por los cambios en los patrones de viento y otros factores atmosféricos.
Un artículo muy publicitado concluyó que el rápido calentamiento del Ártico puede haber alterado en 2021 la masa de aire frío que gira sobre el Polo Norte, lo que desató temperaturas bajo cero hasta en el sur de Texas, en los Estados Unidos, con daños por miles de millones de dólares.

Mito 5: Los científicos no están de acuerdo sobre la causa del cambio climático
Un estudio de 2021 reveló que 99 por ciento de la literatura científica concluyó que el cambio climático era inducido por el hombre, en coincidencia con un estudio de 2013 que concluyó que el 97 por ciento de los artículos revisados por pares que examinaron las causas del cambio climático decían que era causado por el hombre.
“Los negacionistas del cambio climático utilizan la idea de que no hay consenso para enturbiar las aguas y sembrar las semillas de la duda, pero la comunidad científica está de acuerdo: el calentamiento global al que nos enfrentamos no es natural, sino provocado por los seres humanos”, afirma Tsering.
Mito 6: Como es muy tarde para evitar una catástrofe climática debe continuar la quema de combustibles fósiles
Aunque la situación es grave, aún hay un margen estrecho para que la humanidad pueda evitar lo peor del cambio climático.
El último Informe sobre la Brecha de Emisiones del PNUMA concluyó que si se redujeran las emisiones de gases de efecto invernadero en 42 por ciento para 2030, podría limitarse el aumento de la temperatura global a 1,5°C en comparación con los niveles preindustriales.
Para alcanzar esa meta, el mundo debe reducir sus emisiones anuales en 22 mil millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente en menos de siete años. Parece mucho, pero si se aumenta el financiamiento y se centra el desarrollo con bajas emisiones de carbono en sectores clave como el transporte, la agricultura y la silvicultura, puede lograrse.
“Sin duda, la tarea que tenemos por delante es enorme, pero hoy tenemos las soluciones necesarias para reducir las emisiones y la oportunidad de aumentar la ambición en la nueva ronda de planes nacionales de acción climática”, indica Tsering.

Mito 7: Los modelos climáticos no son confiables
Los escépticos del clima argumentan desde hace mucho tiempo que los modelos informáticos que proyectan el cambio climático son poco fiables e inexactos, pero el IPCC dice que esos modelos han proporcionado consistentemente “una imagen sólida e inequívoca” del calentamiento planetario.
Un estudio de 2020 de la Universidad de California demostró que los modelos de calentamiento global eran precisos en gran medida, tras analizar 17 modelos generados entre 1970 y 2007, además de que 14 coincidían estrechamente con las observaciones.
Mito 8: Podemos acaptarnos al cambio climático, por lo que no hay que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero
Algunos países y comunidades pueden adaptarse al aumento de las temperaturas, la disminución de las precipitaciones y otros efectos del cambio climático, pero muchos no pueden hacerlo.
Los países en desarrollo necesitan entre 215 mil millones y 387 mil millones de dólares al año para adaptarse al cambio climático, pero sólo tienen acceso a una fracción, según el último Informe sobre la Brecha de Adaptación del PNUMA.
Aún las naciones ricas tendrán dificultades para solventar el costo de la adaptación, que en algunos casos exigirá medidas radicales, como desplazar a comunidades vulnerables, reubicar infraestructura vital o cambiar los alimentos básicos.
En muchos lugares, la población ya enfrenta límites estrictos en cuanto a su capacidad de adaptación. Los pequeños Estados insulares en desarrollo, por ejemplo, sólo pueden tratar de contener el aumento del nivel del mar, que amenaza su existencia.
Si no se toman medidas significativas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, las comunidades alcanzarán más rápidamente esos límites y comenzarán a sufrir daños irreparables por el cambio climático, auguran los expertos.
El PNUMA está a la vanguardia del apoyo al Acuerdo de París de mantener el aumento de la temperatura global muy por debajo de los 2°C y aspirar a que no aumente más de 1,5°C en comparación con los niveles preindustriales.
Para ello, desarrolló la Solución Sectorial, una hoja de ruta para reducir las emisiones en todos los sectores, en consonancia con los compromisos del Acuerdo de París y en pos de la estabilidad climática. Los seis sectores identificados son energía, industria, agricultura y alimentación; bosques y uso de la tierra; transporte y edificios y ciudades.
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