El Servicio de Cambio Climático Copérnico de la Unión Europea informó que 2021 fue uno de los años más calurosos jamás registrados.
La temperatura media anual fue 0.3 grados Celsius superior a la del periodo de referencia 1991-2020, y entre 1.1 a 1.2 grados Celsius por encima del nivel preindustrial de 1850-1900.
A nivel mundial, 2021 fue incluso el quinto año más cálido registrado, pero sólo ligeramente más cálido que 2015 y 2018. Los últimos siete años han sido los más cálidos registrados por un claro margen.
Mientras tanto, las concentraciones globales de dióxido de carbono y las de metano siguieron aumentando. Ambos son gases de efecto invernadero que atrapan la radiación solar calentando la atmósfera en todo el planeta.
Los niveles de dióxido de carbono (CO2) alcanzaron un récord anual de aproximadamente 414 partes por millón (ppm), y de metano (CH4) un récord anual de aproximadamente 1,876 partes por billón (ppb).
Las emisiones de carbono procedentes de los incendios forestales en todo el mundo ascendieron a 1,850 megatoneladas, alimentadas por los incendios en Siberia, cifra ligeramente superior a la de 2020 (1,750 megatoneladas de carbono).
Los cinco primeros meses de 2021 registraron temperaturas relativamente bajas en comparación con los últimos años muy cálidos. Sin embargo, de junio a octubre, las temperaturas mensuales se situaron entre las cuartas más cálidas registradas.
Las temperaturas de los últimos 30 años (1991-2020) estuvieron cerca de 0.9 grados Celsius por encima del nivel preindustrial. En comparación con este último periodo de referencia de 30 años, las regiones con más temperaturas por encima de la media incluyen una banda que se extiende desde la costa occidental de los Estados Unidos y Canadá hasta el noreste de Canadá y Groenlandia, así como amplias zonas del centro y norte de África y Oriente Medio.
Las temperaturas más inferiores a la media se registraron en el oeste y el este de Siberia, Alaska, sobre el Pacífico central y oriental -en coincidencia con La Niña al principio y al final del año-, así como en la mayor parte de Australia y partes de la Antártida.
Durante el verano de 2021 se produjeron en Europa varios fenómenos extremos de gran impacto. En julio hubo lluvias muy intensas en el centro-oeste de Europa, en una región con suelos próximos a la saturación, lo que provocó graves inundaciones en varios países, siendo los más afectados Alemania, Bélgica, Luxemburgo y los Países Bajos.
La región mediterránea sufrió una ola de calor durante julio y parte de agosto, con altas temperaturas que afectaron especialmente a Grecia, España e Italia. El récord europeo de temperatura máxima se batió en Sicilia, donde se registraron 48.8 grados Celsius, equivalentes a 0.8 grados Celsius por encima del máximo anterior, aunque el nuevo récord aún debe ser confirmado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Incendios forestales
Las condiciones de calor y sequía precedieron a intensos y prolongados incendios forestales, especialmente en el Mediterráneo oriental y central, siendo Turquía uno de los países más afectados, además de Grecia, Italia, España, Portugal, Albania, Macedonia del Norte, Argelia y Túnez.
Durante 2021, varias regiones de América del Norte experimentaron grandes anomalías de temperaturas. En el noreste de Canadá, las temperaturas medias mensuales fueron inusualmente cálidas a principios de año y en otoño.
En junio se produjo una ola de calor excepcional en el oeste de América del Norte, con récords de temperatura máxima superados en varios grados Celsius, lo que originó el junio más cálido registrado en el continente.
Las condiciones regionales de calor y sequía agravaron una serie de incendios forestales extremos en julio y agosto. Las zonas más afectadas fueron varias provincias canadienses y los estados de la costa oeste de los Estados Unidos, aunque no todas las regiones se vieron igualmente afectadas.
El segundo mayor incendio registrado en la historia de California, el "Dixie Fire", además de causar una gran devastación, provocó una importante reducción de la calidad del aire por la contaminación.
La calidad del aire se redujo en todo el continente, ya que las partículas y otros contaminantes pirogénicos emitidos por los incendios fueron transportados hacia el este.
América del Norte experimentó la mayor cantidad de emisiones de carbono (83 megatoneladas) y otras emisiones pirogénicas procedentes de los incendios forestales para cualquier verano en el registro de datos de la CAMS a partir de 2003.
"Ha sido (2021) otro año de temperaturas extremas, con el verano más caluroso en Europa, olas de calor en el Mediterráneo, sin olvidar las altas temperaturas sin precedentes en Norteamérica. Los últimos siete años han sido los más cálidos registrados”, afirmó Carlo Buontempo, director del Servicio de Cambio Climático de Copérnico.
“Estos acontecimientos nos recuerdan con crudeza la necesidad de cambiar nuestra forma de actuar, dar pasos decisivos y eficaces hacia una sociedad sostenible y trabajar para reducir las emisiones netas de carbono".
De acuerdo con Vincent-Henri Peuch, director del Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de Copernicus, "las concentraciones de dióxido de carbono y de metano aumentan año tras año y no hay signos de desaceleración. Estos gases de efecto invernadero son los principales impulsores del cambio climático”. (Con información de LatinClima)
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