Luchar contra la crisis de humanidad, objetivo de la COP1 del Acuerdo de Escazú

Delegados asistentes a la COP 1 del Acuerdo de Escazú.
Los 12 Estados Parte del Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe -conocido como Acuerdo de Escazú- que participaron de la primera reunión de la Conferencia de las Partes (COP 1), aprobaron una Declaración Política para reafirmar al tratado como un instrumento impulsor del desarrollo sostenible y una herramienta fundamental de gobernanza para la elaboración de mejores políticas públicas en la región, para asegurar un medio ambiente sano para las generaciones presentes y futuras.
El encuentro, realizado en la sede central de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en Santiago de Chile, logró una asistencia de más de 780 delegados de países, organismos internacionales y regionales, panelistas y representantes de la sociedad civil, de forma presencial y virtual, del 20 al 22 de abril.
La jornada final de la COP 1 del Acuerdo de Escazú incluyó un evento de alto nivel con ocasión del primer aniversario de la entrada en vigor del tratado y del Día Internacional de la Madre Tierra, el 22 de abril, moderado por Mario Cimoli, Secretario Ejecutivo Interino de la CEPAL.
Cimoli destacó que conmemorar el Día Internacional de la Madre Tierra en el marco de la COP 1 de Escazú es un momento único para debatir, para tomar lo histórico y ver cómo podemos mejorar. “Necesitamos respuestas para saber cómo nos movemos y cómo actuar hacia el futuro en esta coyuntura tan difícil que vive el mundo”, declaró.
El Viceministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, Luis Vayas, señaló que estamos en un momento fundamental de la humanidad respecto de la protección del ambiente. “La gobernanza ambiental internacional debe enfocarse en generar soluciones oportunas, coherentes y participativas que, sin dejar a nadie atrás, permitan enfrentar de manera decidida las crisis ambientales que nos aquejan”.
Alicia Bárcena, ex secretaria Ejecutiva de la CEPAL, felicitó a los países que han ratificado el Acuerdo de Escazú y propuso que la COP1 de Escazú se dedique a los pueblos indígenas, los silenciosos guardianes de la Tierra y la biodiversidad”.
“El Acuerdo de Escazú es ejemplar porque es muestra palpable del compromiso de América Latina y el Caribe con un multilateralismo diferente, donde se construyen acuerdos de manera conjunta, gobiernos y sociedad”, agregó.
Durante el evento, Bárcena fue sindicada informalmente como “embajadora vitalicia” del Acuerdo de Escazú.
Patricia Madrigal, ex viceministra de Ambiente de Costa Rica y una de las principales impulsoras del Acuerdo desde sus inicios, indicó que el Acuerdo de Escazú ha sido un punto de encuentro. “Nos hemos dado cuenta que más que un instrumento jurídico vinculante, más que nuestras luchas iniciales en el planteamiento y la negociación, se ha convertido en un movimiento que recorre la región de América Latina y el Caribe y que cada día crece más”.
Katta Alonso, vocera de la agrupación Mujeres de Zona de Sacrificio de Chile, declaró que una sociedad justa no solamente se basa en respetar los derechos humanos, sino también los de la naturaleza.
“A la tierra le debemos todo, sin ella no hay vida. Por eso debemos protegerla, porque finalmente somos parte de ella y no podemos seguir sobreexplotándola como hasta ahora”.
Agregó que a pesar de la grave situación ambiental que se vive en la zona de Puchuncaví (en la Región de Valparaíso, Chile), tienen la esperanza de que con la firma del Acuerdo de Escazú, con el gobierno actual y la aprobación de la nueva Constitución, se logre recuperar las ‘zonas de sacrificio’ de Chile.
Laura Serna, joven Campeona de Escazú de Colombia, señaló que ningún tratado puede generar cambios por sí solo; se requieren actores de carne y hueso que lo hagan realidad. “Con el Acuerdo de Escazú queremos que nazca un nuevo tejido social, que podamos sanar las heridas y construir una nueva generación”.
Nadino Calapucha, de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), pidió un minuto de silencio por todos los defensores de los derechos humanos asesinados por proteger la naturaleza.
“No hay nada qué celebrar después de cinco años de haber declarado el Día Internacional de la Madre Tierra… La humanidad y el planeta han llegado a un punto de no retorno. Muchos hablan de crisis climática, de crisis económica, pero hay que ser realistas: hay una crisis social, hay una crisis de humanidad, una crisis civilizatoria. Hoy tenemos que comprometernos a cambiar esa historia”, remarcó.
María-Noel Vaeza, directora Regional para las Américas y el Caribe de ONU-Mujeres, señaló que 119 mujeres defensoras de los derechos humanos y ambientales han sido asesinadas en América Latina y el Caribe en los últimos dos años. “Es urgente proteger el vínculo entre mujeres en todas sus diversidades y el medioambiente y su protección”, enfatizó.
La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y ex presidente de Chile, Michelle Bachelet, instó a los Estados que aún no han ratificado el Acuerdo a que lo hagan pronto. “Ante los daños e injusticias ambientales, instrumentos jurídicos como el Acuerdo de Escazú son una de las herramientas más eficaces para que los Estados cumplan con su responsabilidad de cuidar el planeta y los derechos de las personas”.
“El Acuerdo de Escazú es un hito porque los protagonistas son las personas defensoras. Podríamos resumir el espíritu de Escazú diciendo que si queremos defender el ambiente debemos comenzar por proteger a quienes lo defienden. Según datos de nuestra oficina, tres de cada cuatro asesinatos de personas defensoras de la Tierra y el medioambiente ocurren actualmente en América Latina y el Caribe”, advirtió la alta funcionaria de las Naciones Unidas.
En su mensaje, Inger Andersen, directora Ejecutiva del PNUMA, indicó que la COP 1 de Escazú "marca un cambio radical en el abordaje de la triple crisis planetaria: del cambio climático, de pérdida de biodiversidad y de contaminación y residuos”.
Tras el evento de alto nivel, se firmó un convenio de colaboración entre la CEPAL y la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (ACNUDH), para impulsar un enfoque de derechos humanos en la implementación efectiva del Acuerdo de Escazú, basado en los cuatro pilares del Acuerdo: acceso a la información, a la participación, a la justicia y la protección de los defensores de derechos humanos en asuntos ambientales.
En la Declaración Política aprobada al término de la reunión, los delegados reafirmaron la importancia de la cooperación y el multilateralismo para avanzar y profundizar en los esfuerzos como región para la consecución del desarrollo sostenible y la protección del medio ambiente.
Asimismo, advierten que las estrategias de recuperación económica y social de las consecuencias de la pandemia de COVID-19 y la superación de la crisis ambiental deben considerar la sostenibilidad como un elemento central, y deben estar guiadas por un objetivo de desarrollo más inclusivo, de aceleración de la aplicación de las medidas de protección ambiental y una mayor acción climática.
Además, destacaron el papel de los derechos de acceso a la información, a la participación pública y el acceso a la justicia en asuntos ambientales y de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y de todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible como hojas de ruta fundamentales para alcanzar la recuperación transformadora y el desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe, asegurando que nadie se quede atrás.
Finalmente exhortaron a todos los países signatarios del Acuerdo de Escazú que aún no lo han ratificado a que lo hagan a la brevedad, y a aquellos que no son signatarios ni Partes a que se adhieran lo antes posible.
Los delegados también acordaron realizar una reunión extraordinaria en abril de 2023 en Argentina, y se espera que la segunda reunión ordinaria de la COP del Acuerdo de Escazú se realice en abril de 2024.