¡Qué hay de nuevo… Viejo!
Por Araceli Mendoza
@Arinmaldoza
En los años 60, los capitalinos tenían un lugar para llevar a los hijos, a la familia, de día de campo o a celebrar los cumpleaños: la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec. Sí, la Casa del Lago, el Castillo, la Casa de los espejos, comenzaban a quedar un tanto olvidados.
En este "nuevo" Chapultepec había fuentes, cafeterías, dos ferias —para los pequeños y para los jóvenes—, en donde destacaba la montaña rusa. Una atracción sensacional era el costo económico para todos.
Si la madera retirada de esa montaña rusa de 33 metros de altura y un recorrido de 1,240 metros hablara, contaría un sinnúmero de historias, que irían desde las de pánico hasta las de los enamorados.
Asistir a este lugar era mágico. ¿Sería como Cupido? Para ir a “La Feria” de Chapultepec, los amigos se organizaban en camión o en coche. El punto de reunión o de referencia para encontrarse era la fabulosa montaña rusa.
Una vez ahí, comenzaban a preguntar:
- ¿Te vas a subir?
- ¡Ay, no sé!
Por supuesto, había muchas historias contadas por los padres de familia: ...que si era peligrosa... que no era segura... que alguien se había aventado... etc…
¡Cuántas historias fabulosas de aquellos años! Muchos se iban de "aventón", porque la cosa era llegar a la montaña rusa. Entonces había seguridad y la modalidad de los feminicidios que vivimos ahora era impensable. Era un juventud sana, donde los jóvenes protegían a sus amigas, y no se diga a la novia.
Las amigas y las novias se encargaban de llevar algún refrigerio para disfrutarlo después, en los alrededores de esta Segunda Sección de Chapultepec, cuyas glorietas con fuentes eran el lugar adecuado para hacer un día de campo o dar un paseo en el tren, sin importar las siempre largas filas.
Por supuesto que se ponían creativos y metían los refrescos en el agua de las fuentes para que se enfriaran.
No podían faltar los partidos de futbol o de volibol, como culminación de un día padrísimo, después de experimentar la emoción de subir a la montaña rusa.
Hoy, este icono, este punto de referencia para los capitalinos, ya no existe. Junto al Toreo de Cuatro Caminos, estos dos puntos de referencia se fueron y dieron paso a construcciones sin sentido icónico.
Quienes venían a la capital desde los estados de la República Mexicana querían experimentar la sensación de subirse a la montaña rusa, una atracción como las de otros países.
En los años 60, los capitalinos experimentaron un cambio radical de evolución, actualización o modernización, que disfrutaron varias generaciones.
Recientemente, la empresa Operadora de Desarrollo Humano Chapultepec — “La Feria”, como era conocida— era alquilada por diferentes instituciones educativas privadas. ¿Se imaginan llegar a “La Feria” y no poder entrar porque hay un evento privado? La empresa incurrió en diversas anomalías. ¡"La Feria" era para el público!
El 28 de septiembre de 2019, "La Feria" de Chapultepec fue clausurada tras la muerte de dos personas en el juego mecánico "Quimera", por el descarrilamiento de un vagón. La investigación de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la Ciudad de México determinó que la falla se produjo por falta de mantenimiento.
Las nuevas generaciones conocerán el Parque Aztlán, con nuevos atractivos, un diseño inspirado en las culturas prehispánicas, que competirá con las pirámides de Teotihuacán... No entiendo esto de hacer un parque temático con base en las culturas prehispánicas, cuando está muy cerca el máximo exponente: el Museo de Antropología.
quehaydenuevoviejo760@yahoo.com.mx
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