
Por Déborah Buiza
@DeborahBuiza
- ¡Imagínate, Debby, que el mundo se acaba en ocho años!–, me soltó Paulina sin aviso una mañana, en modo pesimista.
– Si así fuera ¿qué harías en esos años?
Sin dudar mucho, mencioné algunos proyectos que traigo en mente y que bien podría llevar a cabo durante ese tiempo. Ocho años no me parecen pocos ni muchos; creo que es un periodo aceptable para mantener el paso.
Recuerdo que en la preparatoria, en la clase de Orientación Vocacional, hicimos un ejercicio en el que pensábamos como nos veríamos a cinco, a 10 y a 20 años de distancia. A mis 16 años, la mira no me daba para ver tan a futuro y me mortifiqué bastante con el ejercicio, pero ahora ya no me agarra tan en curva una pregunta como la de Paulina.
Si sólo tuvieras ocho años por delante ¿qué harías?
Cuestionarse de vez en cuando permite revisar lo que hacemos y tal vez abre la conversación sobre si queremos seguirlo haciendo por más tiempo. Puede que sí, pero qué tal si no y sólo seguimos ahí porque no nos hemos dado tiempo para dejar de hacerlo (la inercia puede ser muy demandante).
Sinceramente, si tan sólo tuvieras ocho años por delante ¿seguirías en la misma dinámica en la que estás?
No digo que de la noche a la mañana botes todo, pero ¿y si le dedicaras más tiempo a los proyectos pendientes? ¿Qué pasaría si durante los próximos años te enfocaras en sacar adelante uno o dos proyectos que realmente te interesen?
El tiempo es un recurso muy valioso, pero con frecuencia lo olvidamos y lo gastamos como si fuera una cuenta ilimitada; lo malgastamos en actividades improductivas, en relaciones vacías o superfluas, en espacios que no son para nosotros, donde no podemos florecer.
Imagínate que sólo tienes por delante ocho San Valentines, ocho primaveras, ocho veranos, ocho noviembres, ocho navidades, ocho años nuevos, ocho cumpleaños, ocho periodos vacacionales… ¡Sólo 8..!
¿A quién te gustaría dedicar tus energías y recursos? ¿A qué te gustaría dedicar tus días? ¿Qué soltarías? ¿Qué dejarías de cargar para disfrutar más el tiempo presente? ¿Qué te gustaría ver y sentir antes de que el tiempo se acabe?
Tal vez tendrías que modificar tu agenda y dejar de hacer cosas que te quitan el tiempo y la energía. Probablemente serías más selectivo con las personas con las que convives y te relacionas. Quizá tuvieras que disciplinarte o tomar mejores decisiones. Tal vez no sería fácil, pero ¿y si valiera la pena?
Se me ocurren dos opciones en este momento. Enfocarse en proyectos o enfocarse en esos principios importantes que puedan dar propósito, enfoque y sentido a tus días, o tal vez una combinación de ambos.
Y tú, ¿qué harías si contaras sólo con los próximos 2,920 días?
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