La demanda de energía y las emisiones del sector de los edificios y la construcción representan más de una quinta parte de las emisiones mundiales.
En 2022, un aumento del 1 por ciento en las emisiones del sector equivalía a 10 millones de coches más dando vueltas alrededor del ecuador de la Tierra.
Al mismo tiempo, la intensidad energética del sector se redujo un 3,5 por ciento.
Estas son las principales conclusiones de un informe publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Alianza Mundial para los Edificios y la Construcción (Global Alliance for Buildings and Construction, GlobalABC).
El Informe sobre el Estado Mundial de los Edificios y la Construcción hace un seguimiento de los progresos realizados y formula recomendaciones a los gobiernos, la industria y la sociedad civil para lograr un sector de la construcción con cero emisiones, eficiente y resistente antes de 2050. La publicación tuvo lugar el primer día del Foro Mundial sobre Edificios y Clima celebrado en París.
El informe concluye que en 2022 el sector representó el 37 por ciento de las emisiones mundiales de CO2 relacionadas con la energía operativa y los procesos, ascendiendo a algo menos de 10 Gt de CO2. Su consumo de energía alcanzó los 132 exajulios, más de un tercio de la demanda mundial.
"No existe un camino creíble para hacer frente al cambio climático sin una transformación radical en el sector de la edificación y la construcción", declaró Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA.
"La mitad de los edificios que existirán en 2050 aún no se han construido. Se trata de una gran oportunidad para que el sector reimagine las construcciones del futuro: con edificios que den prioridad a la resiliencia, la renovación y la reutilización, la generación de energías renovables y la construcción con bajas emisiones de carbono, sin dejar de lado las desigualdades sociales. Es el momento de que los gobiernos y las industrias cumplan las promesas de la COP28 y consigan reducciones reales de las emisiones mediante un verdadero avance en el sector de la construcción".
El primer informe sobre el balance mundial indicaba que, para alcanzar los objetivos fijados en el Acuerdo de París, será necesario "triplicar la capacidad mundial de energías renovables y duplicar la tasa media anual mundial de mejora de la eficiencia energética de aquí a 2030" con el fin de lograr reducciones sustanciales, rápidas y duraderas de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
El sector de los edificios tiene un papel clave que desempeñar: La intensidad energética en el sector de la construcción tendría que reducirse en un 37 por ciento (respecto a los niveles de 2015) de aquí a 2030. Aunque en 2022 se produjo una modesta reducción, se mantuvo 15 por ciento por encima de la trayectoria objetivo.
En 2022, la cuota de las energías renovables en el consumo final de energía de los edificios era sólo del 6 por ciento, muy por detrás del progreso necesario para alcanzar el objetivo de 18 por ciento en 2030. La inversión acumulada en eficiencia energética y edificios de alto rendimiento debería haber sido un 40 por ciento superior, con un total de 2,7 billones de dólares.
En conjunto, la inversión en descarbonización de edificios aumentó en 2022 un 14 por ciento, hasta los 285 mil millones de dólares, en gran parte gracias a la respuesta estadounidense y europea a la inseguridad energética.
Sin embargo, no se alcanzaron los objetivos de cero emisiones netas para 2030 y 2050, y es probable que las inversiones disminuyan en 2023 a 270 mil millones de dólares, a pesar de que las inversiones en eficiencia energética ayudan a mitigar tanto los riesgos de exposición a la volatilidad de los costes energéticos como las emisiones de GEI.
Una de las principales razones del descenso de la intensidad energética por metro cuadrado registrado el año pasado radica en los 81 países que cuentan con códigos energéticos para la construcción.
Al mismo tiempo, en 2022 se añadieron 2 mil 400 millones de metros cuadrados de superficie construida en países sin códigos energéticos de la construcción. Se calcula que 80 por ciento del crecimiento de la superficie construida previsto para 2030 se producirá en países de ingreso bajo que carecen de normativa de construcción estricta.
Las hojas de ruta de acción climática para el sector pueden acelerar la descarbonización mediante la colaboración de los responsables políticos, las empresas privadas y las organizaciones no gubernamentales (ONG) en la incorporación de estrategias de eficiencia material, diseño y tecnologías de bajas emisiones, electrificación y energías renovables.
Con el GlobalABC se han facilitado más de 15 hojas de ruta nacionales y regionales sobre edificios y construcción, y 34 países han adoptado estrategias para descarbonizar el sector de la construcción. El informe hace un llamado a todos los países para que elaboren hojas de ruta de acción climática igualmente ambiciosas y exhaustivas para el sector de aquí a 2030 y las utilicen en la presentación y revisión de un nuevo ciclo de planes nacionales de acción climática (PNA).
Otras prioridades para los gobiernos, las empresas y la sociedad civil son:
Desarrollar códigos de energía para la construcción alineados con los principios de los Edificios Cero Emisiones (ZEB): en 2022, sólo tres países han establecido códigos energéticos de este tipo.
Aumentar la tasa y el impacto de la modernización de los edificios existentes para mejorar su eficiencia energética, del 1 por ciento actual a entre el 5 y el 10 por ciento cada año.
Adoptar medidas de diseño pasivo para todos los edificios nuevos.
Recopilación de datos, a través de herramientas como los Pasaportes del Edificio.
Incentivos financieros para una mayor inversión en la descarbonización del sector de los edificios y la construcción, incluida la innovación y el cambio hacia la reutilización, la circularidad, los materiales naturales o de base biológica, o las hipotecas verdes ofrecidas por los bancos: se prevé que las inversiones para la descarbonización se reduzcan a lo largo de 2023, ya que los hogares y las empresas se enfrentan a mayores costes de endeudamiento y los constructores a mayores costes de construcción en mano de obra y materiales.
Se alienta también a las empresas del sector a desarrollar una sólida comprensión de sus impactos sociales, al incorporar normas de equidad y diversidad en su trabajo.
Las ONG pueden concienciar sobre el papel de los edificios en el cambio climático y abogar por cambios políticos hacia enfoques de diseño inclusivos y sostenibles.
Un avance bienvenido en 2023 fue el Buildings Breakthrough lanzado en la COP28, para coordinar entre países para hacer que las tecnologías limpias y las soluciones sostenibles en el sector de los edificios y la construcción sean la opción más asequible, accesible y atractiva en todas las regiones para 2030.
El PNUMA, los miembros de GlobalABC y los demás socios seguirán esforzándose por conseguir un nuevo marco para descarbonizar tanto los edificios nuevos y existentes como toda la cadena de valor de la construcción, incluidos el desarrollo urbano y los planes nacionales de desarrollo, la adaptación al cambio climático y la inclusión.
El PNUMA, como miembro del GlobalABC, apoya el desarrollo continuo de hojas de ruta de acción climática para el sector, a medida que completa cuatro nuevos proyectos piloto en Ghana, Senegal, Bangladesh y la India.
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