¡Qué hay de nuevo… Viejo!
Por Araceli Mendoza
@Arinmaldoza
Han pasado dos años del inicio de la pandemia y ahora se alerta por una sexta ola de la COVID-19. Es necesario estar preparados con todas las precauciones, como usar el cubrebocas en lugares cerrados, en centros comerciales y, de hecho, hasta en la reunión familiar de la próxima cena de Navidad.
Los problemas de salud que ha arrastrado está pandemia han sido de altos costos. Después de dos años de confinamiento, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y una de la que no se habla mucho: los males dentales. ¡Ha sido terrible! Era tal el estrés que el bruxismo se hizo presente. el bruxismo. Esto es, apretar demasiado los dientes hasta llegar a perder algunas piezas. Muchos podrán costear el dentista, pero otros deberán cambiar su dieta, lo cual provocará una serie de consecuencias, al no poder masticar adecuadamente.
Como resultado de verse limitada, la persona puede llegar a tener depresión, ya que su autoestima se ve afectada. Además, una serie de situaciones difíciles de manejar, sobre todo por los Adultos Mayores o las personas de mediana edad.
También a consecuencia del estrés vivido por la COVID-19, se ha visto afectada la salud mental. Las secuelas que dejará esta pandemia van mucho más allá de lo que podamos imaginar. Uno de los aspectos más importantes será el daño a la salud mental que ya lo hemos constatado al paso del tiempo.
Las emociones que aparecieron fue ronimpactantes: miedo a lo desconocido, a la posibilidad de enfrentar, morir o perder a un ser querido, la tristeza ante la muerte de un familiar.
Según una encuesta de 4 mil 500 personas en los Estados Unidos, 97 por ciento conocía a alguien que había fallecido por la infección viral. Estoy segura que algún lector vivió esta triste experiencia, lo cual hacía crecer la incertidumbre y los cuestionamientos respecto a las medidas sanitarias implementadas mal y tardíamente por el Gobierno Federal.
La ansiedad, la depresión con el consiguiente riesgo de suicidio y la agresividad que raya en la psicopatía, son ejemplos de lo que ocurre en todos los grupos de edad.
Un estudio publicado por la Organización Mundial de la Salud, publicado el 2 de marzo de este año, demostró un incremento de 25 por ciento en la prevalencia de ansiedad y depresión, después del primer año de pandemia.
En México, como en otros países, se vío un exceso de mortalidad de alrededor de 700 mil personas, en especial de hombres cuyas edades fluctuaban entre 40 y 65 años, con comorbilidades, y quienes eran el sustento económico de sus familias, y quienes fueron vacunados hasta que les tocó por edad.
En mi opinión, una falta total de logística y de empatía. Hay que ver cómo hace poco se desperdiciaron millones de vacunas por carecer de experiencia en su manejo, ya que las campañas nacionales de vacunación desaparecieron de un plumazo. ¡Caray! El peor momento para tener a personas inexpertas al frente del sector salud.
Esto provocó que México ocupe el segundo lugar en orfandad y, como consecuencia, se ha alterando la integración familiar. ¿Cómo explicar a los hijos que murieron la hermana o el hermano? La violencia también ha sumado a muchos niños.
Han sido años muy complicados, por lo que mi recomendación es seguir las medidas de protección necesarias, a las cuales debemos sumar acudir regularmente al dentista.
quehaydenuevoviejo760@yahoo.com.mx
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