Incontrolables, los dirigentes de Morena
- migueldealba5
- 27 mar
- 4 Min. de lectura

TEMAS CENTRALES
Por Miguel Tirado Rasso
No es una buena idea revolver
las campañas de afiliación
del partido en el poder
con los actos oficiales
del Gobierno Federal,
que debieran ser apartidistas
y dirigirse a la población abierta.
En la búsqueda de 10 millones de militantes, Morena no para en mientes. Para quedar bien y cumplir con quien propuso la realización de una magna campaña de afiliación para convertir a Morena en el mayor instituto político del país, algunos personajes han decidido ignorar las restricciones que establecen las leyes en materia de afiliación.
Como en la 4T eso de que la ley es la ley resulta molesto, incómodo y no aplicable cuando significa un impedimento para la realización de algún programa del gobierno o del partido oficial, nos enteramos que en la estrategia para sumar militantes hay quien ofrece aportar hasta millones de simpatizantes.
Hace unas semanas, Alfonso Cepeda, líder nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), en una reunión en el Senado con los dirigentes de Morena —Luisa María Alcalde, presidenta, y Andrés Manuel López Beltrán, Andy, secretario de Organización e hijo de ya saben quien (YSQ)—, anunció que podría convencer a millón y medio de maestros para inscribirse como militantes y que, al sumar a sus familiares, el número podría ascender hasta 5.5 millones de simpatizantes.
El líder magisterial afirmó que en las 57 secciones del sindicato en el país ya se instalaron módulos para la afiliación, mediante seis mil tabletas proporcionadas por Morena.
El senador y dirigente de maestros debiera ser más cauto en sus declaraciones, pues seguramente no ignora que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo 41, señala: “Solo los ciudadanos y ciudadanas podrán formar partidos políticos y afiliarse libre e individualmente a ellos; por tanto, queda prohibida la intervención de organizaciones gremiales o con objeto social diferente en la creación de partidos y cualquier forma de afiliación corporativa”.
Pero al senador Cepeda se lo comen las ansias por quedar bien con los dirigentes de Morena, aunque con sus acciones contradiga a la presidenta Claudia Sheinbaum en su afirmación de que “México es el país más democrático del mundo”.
En la gira presidencial por el estado de Tlaxcala, el fin de semana pasado, maestros de Puebla, con gorras y playeras del SNTE, según reportaje de los medios, instalaron un módulo de Morena para afiliar a los asistentes al evento, como si se tratara de un acto de campaña proselitista y no de un acto del Gobierno Federal para la inauguración de una planta de tratamiento de aguas residuales. Además de este módulo, otro grupo de maestros, Magisterio de Ixtapaluca, puso un stand con los colores de Morena y una lona con fotografías de Luisa María Alcalde y "Andy" López Beltrán. Sin comentarios.
El partido del gobierno está en plena campaña de afiliación, lo que no tendría nada de particular, siempre y cuando no utilizara instalaciones públicas ni aprovechara las concentraciones en los actos oficiales de gobierno para realizarla ni use los programas sociales como atractivo para cooptar nuevos afiliados.
Según la nota de prensa, en la gira por Tlaxcala los organizadores del SNTE invitaban a la afiliación “por apoyos para alumnos y padres de familia” o “para que se les puedan acercar los programas sociales”.
Hace unas semanas fue en las cámaras de Diputados y de Senadores a donde acudieron los dirigentes de Morena para instalar módulos de afiliación y “reafiliación”, en los que parecía que lo importante era tomarse la foto con los destacados dirigentes de Morena, en particular con el secretario de Organización, como si anduvieran en campaña política. Ni en los tiempos de gloria del otrora partidazo, los tricolores se atrevieron a hacer campañas de afiliación en las instalaciones del Congreso. La oposición habría armado un verdadero escándalo.
No es una buena idea revolver las campañas de afiliación del partido en el poder con los actos oficiales del Gobierno Federal que, por su naturaleza, debieran ser apartidistas y dirigirse a la población abierta.
La jefa del Ejecutivo es la presidenta de los Estados Unidos Mexicanos. De todos los mexicanos, simpatizantes o no del partido oficial. No debiera permitirse la partidización de estos eventos porque, además de desvirtuar el ejercicio de gobierno democrático del Ejecutivo, constituye un distractor del propósito político del evento encabezado por la jefa de la Nación.
En el caso de la gira del fin de semana pasado, la nota periodística se la llevaron los maestros y su activismo político, por lo que pasó a un segundo término el plan de saneamiento del río Atoyac, un río altamente contaminado y tema de la gira.
En las giras presidenciales del entonces hegemónico Parrtido Revolucionario Institucional, la figura central siempre fue el Primer Mandatario. Eran los eventos del presidente, líder nato del partido. Había respeto institucional. Ahora pareciera que el partido en el poder tiene su propia agenda que no es, necesariamente, la misma de Palacio Nacional. Los dirigentes de Morena deben respeto a la primera presidenta con A, a quien le corresponden los reflectores.
Marzo 27 de 2025
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