Invertir en la salud del planeta evitaría millones de muertes
- migueldealba5
- hace 3 horas
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Redacción
La degradación ambiental ya cuesta billones de dólares y millones de vidas cada año; seguir igual no es opción, advierte la séptima edición de Perspectivas del medio ambiente mundial: El futuro que elegimos (GEO-7), presentada en la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA-7), en la que se afirma que invertir en un planeta saludable generaría beneficios económicos, reduciría la pobreza y salvaría vidas a un ritmo sin precedentes.
El informe, elaborado por 287 científicos de 82 países, es la evaluación más exhaustiva del estado global del medio ambiente y su mensaje es tan simple como contundente: es vital actuar ahora para evitar un futuro devastado por el clima extremo, la pérdida de biodiversidad y la contaminación. Es una oportunidad monumental.
De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), transformar cinco sistemas —economía y finanzas, materiales y residuos, energía, sistemas alimentarios y medio ambiente— generaría beneficios macroeconómicos globales de 20 billones de dólares anuales para 2070, cifra que podría llegar a 100 billones en las décadas siguientes.
La receta incluye abandonar al Producto Interno Bruto (PIB) como métrica central y avanzar a indicadores que contabilicen el capital natural y humano; descarbonizar el sistema energético; adoptar modelos circulares de producción y restaurar ecosistemas a gran escala.
Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA, destaca que “no se trata de una opción en absoluto. El mundo ya ha demostrado que puede avanzar”, para señalar acuerdos globales recientes sobre clima, biodiversidad y contaminación, así como el crecimiento de las energías renovables y las áreas protegidas. Su llamado fue directo: aprovechar el progreso, invertir en la salud del planeta y encaminar las economías a un futuro sostenible.
Un camino mejor
GEO-7 plantea dos vías de transformación: una basada en cambios de comportamiento —menos dependencia del consumo material— y otra en avances tecnológicos y eficiencia. Ambas rutas reducen riesgos climáticos, protegen la biodiversidad y aumentan la superficie de tierras naturales.
Los beneficios sociales son también abrumadores:
Nueve millones de muertes prematuras podrían evitarse hacia 2050 con medidas como la reducción de la contaminación del aire.
200 millones de personas saldrían de la desnutrición, aproximadamente.
100 millones de personas dejarían la pobreza extrema.
Para lograrlo, se requeriría una inversión anual de ocho billones de dólares hasta 2050, pero el precio de no actuar sería mucho mayor.
Transformaciones radicales
El informe detalla acciones esenciales en cada sistema clave:
Economía y finanzas: medir la riqueza real más allá del PIB; eliminar subsidios dañinos y valorar correctamente los impactos ambientales.
Materiales y residuos: diseño circular, trazabilidad, modelos de negocio regenerativos y cambios de consumo.
Energía: descarbonizar el suministro, mejorar la eficiencia, asegurar sostenibilidad en minerales críticos y combatir la pobreza energética.
Sistemas alimentarios: dietas saludables, producción eficiente y menos desperdicio.
Medio ambiente: restauración de ecosistemas, adaptación climática y mitigación basada en la naturaleza.
La ONU insiste en que las soluciones deben diseñarse e implementarse de manera conjunta e integrar conocimientos científicos, locales e indígenas para asegurar transiciones justas.
Una crisis que ya golpea
El informe destaca el deterioro actual:
Emisiones de gases de efecto invernadero crecieron 1,5% anual desde 1990, para alcanzar un máximo histórico en 2024.
143 mil millones de dólares al año cuestan los fenómenos meteorológicos extremos.
Más de tres mil millones de personas son afectadas por la degradación de entre 20 y 40 por ciento de la superficie terrestre.
Un millón de especies están en riesgo de extinción.
Nueve millones de muertes al año provoca la contaminación.
8.1 billones de dólares al año —6,1 por ciento del PIB mundial— cuesta la contaminación del aire.
1,5 billones de dólares anuales suman las pérdidas sanitarias por la acumulación de residuos plásticos.
Si persiste en el modelo actual, la temperatura superará los 1,5°C en la década de 2030 y los 2°C en 2040, lo que reducirá el PIB global en 4 por ciento para 2050 y en 20 por ciento para 2100. Además, la disponibilidad de alimentos caería 3,4 por ciento y cada año se perderían tierras fértiles del tamaño de Colombia o de Etiopía.
El mensaje es claro: gobiernos, empresas, organizaciones civiles, academia e instituciones internacionales deben reconocer la urgencia, construir soluciones integradas e impulsar políticas que aseguren un futuro viable. La elección es entre un planeta en declive y un mundo capaz de prosperar al cuidar su base natural. La tecnología, el conocimiento y parte del progreso ya están ahí; falta decidirse a actuar.
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