top of page

Acuerdo de París: avances notables, pero insuficiente acción climática


ree

Por Redacción


A una década de su firma, el Acuerdo de París aún es el motor central de la acción climática global. Desde 2015 ha unido a los países en torno al objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C y alcanzar la neutralidad de carbono a mediados de siglo.

Gracias a él, las políticas, la ciencia y las finanzas climáticas se han reorientado hacia una transformación sin precedentes, pero los avances son insuficientes porque el mundo todavía se encamina a un calentamiento de 2,7°C para finales de siglo.

“Si no existiera el Acuerdo de París habría que crearlo”, subrayan Claudio Forner, Dra. Anne Zimmer, Uta Klönne, Dra. Rosanne Mártir, Bill Hare, Jessie Schleypen y Dalia Kellou, investigadores de Climate Analytics, quienes realizaron un balance crítico de su primera década de implementación.

Antes de París, los países presentaban metas dispersas y parciales; hoy, la mayoría se compromete a objetivos absolutos de reducción de emisiones para su economía, gracias a lo cual las proyecciones de emisiones globales han disminuido considerablemente, al grado que las políticas actuales apuntan a un pico de emisiones antes de 2030 y el calentamiento previsto para 2100 se ha reducido casi un grado: de 3,6°C a 2,7°C. Si los países cumplen plenamente sus promesas de cero emisiones netas, la temperatura podría estabilizarse cerca de 1,9°C.

El gran desafío: cerrar la brecha de ambición

Pese a estos logros, el informe advierte que el progreso “no es lo suficientemente rápido”. La falta de medidas contundentes en la última década habría añadido alrededor de 0,1°C al calentamiento global, lo que reduce las posibilidades de mantenerse dentro del límite de 1,5°C.

El escenario más probable incluye un sobrecalentamiento temporal: superar los 1,5 °C durante algunas décadas para luego descender. El riesgo, explican los autores, aumenta con cada décima de grado adicional, especialmente para las comunidades más vulnerables.

Más allá de los gobiernos

El impacto del Acuerdo de París trasciende los compromisos nacionales. Según los investigadores, organismos internacionales traducen el objetivo de temperatura en normas y estándares; los tribunales han empezado a definir responsabilidades legales; los gobiernos locales y la sociedad civil avanzan donde las políticas nacionales se estancan.

Además, el financiamiento climático —aún insuficiente— ha crecido significativamente. El Acuerdo impulsó mecanismos de pérdidas y daños y fomentó la inversión en tecnologías limpias, que superan por primera vez a las inversiones en combustibles fósiles.

La piedra en el zapato

El informe no elude la autocrítica. Los intereses fósiles aún frenan la transición energética. A pesar del compromiso global (2023) de iniciar la transición hacia energías renovables, muchos países exportadores aprueban nuevos proyectos de petróleo y gas, lo que pone en riesgo los objetivos climáticos. De continuar estas inversiones, el planeta podría encaminarse a un calentamiento de al menos 2,5°C, advierten los autores.

La prueba decisiva

En la COP30, la comunidad internacional deberá demostrar si está dispuesta a cerrar la brecha de ambición y alinear sus políticas con el límite de 1,5°C.El informe de Climate Analytics concluye que el futuro del Acuerdo depende de una acción decisiva: “Para mantener vivo el objetivo de 1,5°C los países deben eliminar gradualmente la energía fósil, transformar sus sistemas productivos para proteger la naturaleza, ampliar el financiamiento y fortalecer la resiliencia.”

El Acuerdo de París —afirman los investigadores— no ha fracasado, pero enfrenta su momento más decisivo. De la velocidad y profundidad de las acciones adoptadas en esta década dependerá si se consolida como el pilar multilateral indispensable de una transformación climática justa y duradera.

Comentarios


bottom of page