Avaricia, la gran enemiga de los océanos
- migueldealba5
- 12 jun
- 3 Min. de lectura

El cambio climático acidifica y calienta el océano, acaba con la vida marina y acelera la subida del nivel del mar, lo que amenaza a comunidades enteras en el mundo, recordó en Niza, Francia, António Guterres, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde participó en la III Conferencia de la ONU sobre los Océanos (UNOC3).
Guterres advirtió que el futuro del océano -y el de la humanidad-, se acerca un punto de inflexión, “más allá del cual la recuperación podría ser imposible. Seamos claros: los intereses poderosos nos llevan al límite. Nos enfrentamos a una dura batalla contra un enemigo claro, llamado avaricia”.
La avaricia siembra dudas, niega la ciencia, distorsiona la verdad, premia la corrupción y destruye la vida por lucro, abundó. “No podemos permitir que la avaricia dicte el destino del planeta”.
Los combustibles fósiles llegan a su fin
Guterres señaló que la industria de los combustibles fósiles hace un esfuerzo drástico por distorsionar la realidad, “pero hay algo que es inevitable: la era de los combustibles fósiles está por llegar a su fin, y las renovables se consolidarán como la era del futuro”.
Sin embargo, “el problema es si se llegará a tiempo. Necesitamos acelerar esa transición. Espero que en la COP [Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático] se transmita un mensaje muy contundente al respecto”.
Subrayó que tanto los gobiernos como los líderes empresariales, los pescadores y los científicos tienen una responsabilidad y un papel vital que desempeñar.
Prioridades
Para salvar los océanos al planeta, Guterres delineó varias prioridades:
Transformar la manera en que aprovechamos los recursos del océano.
Afrontar la plaga de la contaminación por plásticos.
Extender al mar la lucha contra el cambio climático.
Implementar el reciente Acuerdo sobre la Biodiversidad Marina de las Zonas Fuera de la Jurisdicción Nacional.
Actuar de manera colectiva, responsable y cautelosa en cuanto a la minería marina, para que la explotación de los fondos del mar “no se convierta en el salvaje Oeste”.
La salud de los océanos, ligada a la salud humana
Guterres enfatizó el sentido de urgencia de actuar, al afirmar que la salud de los océanos es inseparable de la salud humana, la estabilidad climática y la prosperidad mundial.
Esas acciones deben incluir estrategias basadas en el océano, como la protección de los manglares, las praderas marinas y los arrecifes de coral.
Además, “debe aumentarse el apoyo financiero y tecnológico a los países en desarrollo para que puedan protegerse de las condiciones climáticas extremas y responder ante los desastres”, e insistió en que la supervivencia de las comunidades costeras y de los pequeños Estados insulares en desarrollo depende de ello.

El océano nos ha dado mucho
Pese a los retos pendientes, Guterres se declaró “con energía y aliento” por las numerosas promesas que se han hecho en la reunión de Niza. "Me voy animado por las naciones insulares y los pueblos indígenas que comparten sus historias y experiencia", y destacó también la participación de los jóvenes activistas —que exigen acción y rendición de cuentas—, de los científicos, de los líderes empresariales y de la sociedad civil, que suman fuerzas por salvar al océano.
“Esta es la coalición global que necesitamos”, aseveró, para luego instar a los asistentes a la conferencia a asumir compromisos decisivos y financiamiento tangible. El océano nos ha dado mucho. Es hora de devolver el favor. Nuestra salud, nuestro clima y nuestro futuro dependen de ello”.
“El océano es el recurso compartido por excelencia, pero lo tratamos como si fuera un recurso ilimitado, fingiendo que puede absorber nuestro abuso sin consecuencias. La verdad es que cuando envenenamos el océano, nos envenenamos a nosotros mismos”.
Hizo un llamado a los líderes mundiales para traducir sus palabras en ambición, inversión y acción para proteger el ecosistema más grande del mundo y restaurar la abundancia marina. “La urgencia es innegable”.
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