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Hay buenas noticias: 9 por ciento del arrecife del Parque Nacional Arrecife Alacranes (PNAA) presentó una reducción de sitios dominados por las algas en los últimos 20 años, lo cual favorece la recuperación de los corales.
La expedición científica de Oceana dio a conocer su informe del Proyecto Alacranes, el cual revela también que los peces de interés pesquero aumentaron en cantidad, peso y talla.
En 1998, en 100 metros cuadrados había 15 por ciento de peces carnívoros de interés comercial con un peso promedio de 7 kg. Para 2022, el porcentaje aumentó a 22 por ciento, con un peso promedio de 11 kg.
Por otro lado, a pesar de que en los últimos años en el Caribe mexicano algunos arrecifes han perdido hasta 85 por ciento de la cobertura coralina, en el PNAA esta pérdida ha sido de apenas 1.3 por ciento en las dos últimas décadas, lo que habla positivamente del área como reservorio de vida para que las especies continúen su reproducción.
Oceana reconoce la labor de pescadores, del gobierno del estado y de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) quienes, tras las alertas sobre la efectividad de la conservación del Parque, aumentaron el número de embarcaciones y guardaparques, y han continuado su organización para hacer vigilancia comunitaria, que reduce la pesca ilegal. Todo esto impacta positivamente la conservación y la actividad pesquera.
Menciona que aún hay mucho por hacer, por lo que el informe ha sido compartido con el Consejo Asesor de Alacranes y la CONANP para una mejor toma de decisiones en beneficio del Parque y de las comunidades pesqueras que dependen de él. Solo así, considera Oceana, se podrán proteger de forma eficiente los océanos para alimentar al mundo.
Las investigaciones señalan que los corales se recuperaron favorablemente en los últimos 20 años, gracias a lo cual hay abundancia de peces, algunos de interés comercial, evidencia de que las áreas naturales protegidas tienen un papel clave para la salud de los océanos y la pesca.
Oceana, una organización internacional dedicada exclusivamente a la protección de los océanos, explicó que los arrecifes, además de proteger a las costas de fenómenos como los huracanes, también son sitios de reproducción y crecimiento de cientos de especies que son sustento para miles de familias.
Los datos obtenidos en la expedición de Oceana permiten entender y conocer los sitios críticos del PNAA y su importancia en la reproducción de especies de interés pesquero.
Renata Terrazas, directora de Oceana en México, dijo que “necesitamos proteger más y mejor al Arrecife Alacranes, fuente de ingresos para más de cuatro mil familias. Esto significa tener un enfoque social de la conservación, en el que se incorpore a pescadores ribereños en la toma de decisiones en beneficio de la comunidad y los mares mexicanos”.
“Las investigaciones muestran que, en las últimas dos décadas, el 9 por ciento del Parque Nacional Arrecife Alacranes recuperó cobertura coralina y las macroalgas han disminuido, lo que permite que otras especies puedan reproducirse y crecer ahí, incluidas la langosta y el pulpo, fundamentales para la economía de Yucatán”, señaló Miguel Rivas, director de la campaña Santuarios Marinos, de Oceana en México.
Oceana ha realizado dos expediciones científicas al PNAA, auspiciadas por Blancpain, Sobrato Philanthropies y Fundación Wyss. Gracias a ellas es posible comparar cambios en la zona a través de los mapas generados por investigadores de la UNAM y de la Universidad de San Diego.
Sin embargo, el PNAA enfrenta amenazas derivadas del calentamiento global, la presencia del pez león, una especie invasora que afecta al ecosistema, y la pesca ilegal. La CONANP, el gobierno local y las comunidades pesqueras reforzaron la inspección y vigilancia en la zona.
En su informe, Oceana presentó propuestas para fortalecer la protección del Arrecife Alacranes a la CONANP y al Consejo Asesor del PNAA, que incluye al sector pesquero. Entre las recomendaciones está reforzar la participación de las comunidades pesqueras para el manejo sustentable del área e implementar un monitoreo permanente para el control y erradicación del pez león, antes de que cause daño irreversible al ecosistema arrecifal.