Agua para todos
Necesitamos poner
en manos de personal
capacitado el tema del agua.
Dip. Rubén Muñoz Álvarez
Presidente de la Comisión
de Recursos Hidráulicos,
Agua Potable y Saneamiento
de la LXV Legislatura
Por Juan Carlos Valencia Vargas
Facebook: @JuanCarlosValenciaAGUA
El estrés hídrico es crítico en varias regiones, especialmente en el norte, aunque hoy amenaza directamente a la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, la más grande del país, y no se ve que vaya a mejorar.
En todos los escenarios de cambio climático se prevé que será cada vez peor al transcurrir los años, y por eso debemos preparar profesionales capaces de enfrentar este gran reto.
Rubén Muñoz Álvarez, el diputado presidente de la Comisión de Recursos Hidráulicos, Agua Potable y Saneamiento de la LXV Legislatura convocó a una reunión con la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), a la que tuve la oportunidad de asistir en representación de la Asociación Mexicana de Ingeniería y Ciencias del Agua (AMINCA) y de nuestro presidente, el Ing. Guillermo Leal.
Coincido plenamente con la afirmación del legislador: “necesitamos poner en manos de personal capacitado el tema del agua” ¿Cómo hacerlo es la pregunta? Veamos.
El principal uso que se le da al agua en México es la producción de alimentos, el 76 por ciento del agua se utiliza en el sector agropecuario. ¿Están preparados los agricultores para hacer un uso eficiente del agua? Parece difícil. Según datos de la Encuesta Nacional Agropecuaria del INEGI, de los productores agrícolas, alrededor del 12 por ciento carece de estudios; el 52 por ciento sólo tiene primaria; el 19 por ciento, secundaria; un escaso 9 por ciento tiene preparatoria, y menos del 7 por ciento, licenciatura.
El segundo consumidor más importante de agua es el uso público-urbano, el 14 por ciento de nuestros recursos hídricos se utilizan en el abastecimiento de agua potable a la población. ¿Están preparados los organismos operadores de agua en el país para hacer un uso eficiente del agua? No lo creo. En mi trayectoria de casi 30 años en el sector he encontrado que el 80 por ciento de los directores de un sistema de agua potable no tiene experiencia en el sector cuando son nombrados por el alcalde en turno.
Seguro que usted recuerda varios casos en su ciudad: personas sin el perfil mínimo necesario para dirigir una institución tan importante para toda la sociedad, al frente de un organismo operador endeudado y con cientos de problemas operativos. Quizá por eso la estadística nos indica que solo duran en el cargo 1.6 años, es decir, poco más de año y medio. ¿Qué puede hacer alguien sin experiencia en año y medio al frente de una institución tan compleja y sensible? Sólo aprender un poco. Y cuando apenas va entendiendo, lo cambian por otro que, desafortunadamente aplica para la misma estadística, el 80 por ciento no tiene la menor experiencia ni la más mínima idea de lo que tiene que hacer.
Varios asistentes a la reunión manifestamos la imperiosa necesidad de establecer en las leyes la obligatoriedad de un Servicio Civil de Carrera, o mínimo la obligación de aprobar algunos exámenes para poder acceder a un puesto de esta naturaleza, como por ejemplo Roberto Ramírez de la Parra, ex director general de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Si analizamos la parte de las autoridades federales y estatales que se encargan de la gestión de las aguas nacionales, tampoco parece haber suficiente conocimiento ni experiencia. Poco a poco, desafortunadamente, se ha jubilado o despedido a personas en puestos clave, con algunas excepciones, y hoy encontramos en ellos a personas sin la preparación necesaria.
Si queremos incidir en la preparación de los cuadros que en el futuro se encargarán de gestionar nuestra agua, necesitamos cambiar nuestros programas de estudio. Eso fue mi propuesta a la ANUIES: mejorar nuestros programas de estudio actuales; hacer obligatorias materias sobre sustentabilidad en los programas de ingeniería, de abogacía, de biología, etc., cuyos perfiles son, tradicionalmente, muy técnicos.
También deberíamos incrementar los programas de educación continua existentes para que, en cualquier momento, un nuevo funcionario pueda prepararse y evaluarse para cumplir una tarea tan compleja como la relacionada con el agua.
Finalmente, deberían incrementarse las carreras destinadas específicamente al tema del agua. Según datos de la ANUIES, de más de tres mil carreras que existen, sólo 86 tienen algo que ver con el agua. Muy poco para el tamaño de la crisis que estamos viviendo... y de la que está por venir.
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