Desperdicia Sinaloa oportunidades de crecimiento económico
- migueldealba5
- 25 mar
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Por Omar Garfias
@Omargarfias
En lugar de crear los 40 mil empleos nuevos que necesitaba la juventud en Sinaloa, entre febrero de 2024 y febrero de 2025 disminuyó en cerca de 12 mil el número de trabajadores registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Al mismo tiempo, sólo se producen mil 537 de las potenciales 120 mil toneladas de ostión de granja que pudieran cosecharse en el estado, según el Instituto Nacional de Pesca.
El modelo económico sinaloense no incrementa su capacidad de generar riqueza y alimentos, sino que aumenta su producción de jóvenes pobres y de cooptados por el crimen organizado.
El gobierno no implementa una política pública que aproveche las oportunidades de crecimiento para generar empleo. Un ejemplo es el caso de la ostricultura, como ha documentado el maestro Sergio Niebla.
La producción la hacen pequeñas empresas —granjas familiares que laboran al 40 por ciento de su capacidad— y no hay un programa gubernamental que las apoye con equipamiento como bolsas ostioneras, camas, bastidores, equipo para separar talla, etc.
Sólo hay 12 mil hectáreas clasificadas por el gobierno estatal para producir moluscos bivalvos, lo cual no representa ni el 10 por ciento de las que tienen potencial para producir ostión, indica el maestro Niebla. La Comisión Estatal para la Prevención de Riesgos Sanitarios (COEPRIS) no ha hecho el trabajo necesario para ampliar la frontera de cultivo, ya sea por negligencia o por falta de recursos.
La necesidad de semilla de ostión es de 100 millones de piezas. En 2022 solo se sembraron 48 millones y en 2023 apenas se rebasaron 20 millones. La falta de producción derivada de la falta de siembra tiene como causa que en Sinaloa no existe un laboratorio que pueda proveerlas.
El gobierno del estado prometió, en el Plan Estatal de Desarrollo, la construcción y operación de un laboratorio con apoyo a las cooperativas. No ha cumplido. El tercer informe no reporta ningún avance.
El ostión sinaloense no se puede exportar a los Estados Unidos porque debe pasar por una planta procesadora certificada por COEPRIS y en el estado no existe ninguna, de modo que los comercializadores de Sonora vienen a comprar a tres pesos la pieza, la pasan por sus plantas y la exportan a 16 pesos.
El gobierno del estado prometió, en el Plan Estatal de Desarrollo, la construcción y operación de ¡dos! plantas certificadas de moluscos bivalvos en apoyo a las cooperativas. No ha cumplido. El tercer informe no reporta ningún avance.
El maestro Niebla considera que la regulación establecida debe cambiar para convertir los permisos de acuacultura de fomento en concesiones comerciales para dar más seguridad a la inversión.
La circunstancia geológica privilegiada no se aprovecha. Las lagunas costeras son trampas naturales de nutrientes precursores de productividad primaria y de la base de la cadena productiva.
Los productores, con sus propios esfuerzos y recursos, han aumentado la producción de 56 toneladas en 2016 a más de mil 500 toneladas en 2023, y el número de granjas, de 28 a 95. Hay capacidad y esfuerzo de parte de la población que se dedica a esta actividad económica.
Un potente programa de fomento de la ostricultura incrementaría la producción de valor de la economía hasta en mil 200 millones de pesos, lo cual elevaría alrededor de 1.3 por ciento el producto interno bruto (PIB) per cápita estatal.
Significaría, además, el impulso al desarrollo regional de las zonas costeras.
Los jóvenes que buscan un trabajo encuentran un panorama desalentador. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), para diciembre de 2024 existían 215 mil personas que querían un empleo; otros 275 mil trabajan por su cuenta sin tener empleados, lo que significa un desempleo disfrazado de emprendedor con ingresos esporádicos; 160 mil sinaloenses tienen un trabajo de medio tiempo, pero necesitan uno de tiempo completo, y 666 mil laboran sin ninguna prestación laboral.
No es un problema de falta de preparación de la juventud. Hoy se tiene el promedio de escolaridad más alto de la historia de Sinaloa. Poco más de 10 años, primer año de bachillerato. Graduados universitarios trabajan como cajeros. Al esfuerzo académico no corresponde un trabajo remunerador.
La economía sinaloense ofrece a los jóvenes: desempleo, emigración, informalidad o delincuencia.
La paradoja es que, al mismo tiempo, no se aprovechan las oportunidades de crecimiento, como la ostricultura.
Del cielo no va caer la solución de esta paradoja.
Debe exigirse al gobierno cumplir sus promesas y su función de impulsor del desarrollo económico.
Debe formularse un ambicioso plan de recuperación y relanzamiento de la economía que coordine el esfuerzo de los actores con incidencia en la producción de bienes y servicios.
Para no desperdiciar oportunidades de crecimiento es necesario un plan integral que aborde el financiamiento, la legislación, la normatividad, la infraestructura, capacitación, generación de conocimiento, digitalización, comercialización, branding, equidad social, sostenibilidad ambiental, seguridad pública, participación femenina, urbanismo, inversión pública, inversión bruta fija, innovación y un largo etcétera.
Debe conseguirse que los jóvenes no se frustren en el desempleo.
Que los jóvenes no se tengan que ir.
Que los jóvenes no se desaprovechen en trabajos mal pagados e improductivos.
Que los jóvenes no se unan al crimen organizado y los maten.
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