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El fondo de la olla


Por Déborah Buiza

@DeborahBuiza


Hay quien tiene la costumbre de hacer una lista de propósitos de Año Nuevo y, año tras año, anota lo mismo o disminuye las expectativas y las exigencias, hasta que de plano en algún momento ya ni siquiera intenta proponerse algo; hay quien se plantea un par de objetivos en general y habrá otros que ni siquiera le inviertan energía a pensar en el futuro porque lo que importa es vivir el hoy y el ahora. Tú ¿de qué estilo eres?

De manera independiente a tu estilo en el tema de la “lista de propósitos de Año Nuevo” y siguiendo la línea de la publicación pasada, rumbo al cierre de estae 2022, hoy te propongo dar un vistazo a lo que sí hiciste, lo que sí lograste, dejando de lado la lista y esas metas que a veces uno se pone porque es lo usual (como aquello de bajar de peso, ir al gimnasio, ahorrar, etc.)

Porque, incluso a pesar de las circunstancias y a veces de nosotros, hay cosas que sí se lograron o se empezaron a hacer, que ni quisiera estaban consideradas y por supuesto que en un balance general sí cuentan, sólo que no siempre nos detenemos a considerarlas.

Quizá ahora sí terminaste la lectura de ese libro pendiente, te atreviste a superar el miedo a algo, tuviste una experiencia nueva inimaginable, superaste un dolor añejo o conociste algo nuevo de ti.

Este año tal vez no alcanzaste nuevas metas, pero sí diste los pasos necesarios en la dirección correcta hacia lo que quieres para tu yo del futuro, o creciste a pasos agigantados en temas que estuvieron estancados durante años.

Puede que este año no consiguieras la figura que en tu mente es la ideal, pero te reconciliaste contigo mismo o con alguien de tu familia; a lo mejor no ahorraste un centavo, pero lograste invertir tiempo de calidad y sonrisas con tus personas amadas; tal vez no conseguiste una promoción o un nuevo empleo, pero aprendiste algo que colma de felicidad a tu corazón.

¿Hay algo que este año se consolidará o algún pendiente que lograste cerrar?

Quizá no palomeaste nada de la lista inicial, pero te sentiste más libre, en paz, en contacto contigo y duermes mejor (tal vez no todos los días, pero al menos un día al mes sí).

Es probable que no alcanzaras grandes logros, “dignos” de las ocho columnas. Sin embargo, los pequeños retos diarios no sólo los superaste sino los realizaste cada vez con mayor eficacia y eficiencia, y en ocasiones hasta con honores y con facilidad.

Date la oportunidad y el espacio para revisar tus días; si llevas agenda, dale una miradita, o a tu carrete de fotos, y verás que ahí hay pequeños y grandes triunfos, cotidianos y poco valorados, pasados por alto por las prisas y la rutina, pero al mirarlos con atención y ponerlos en su justa dimensión, te darás cuenta que no son cosa menor y que todo suma.

Dicen que sólo el fondo de la olla conoce lo que contiene. Sólo tú sabes el esfuerzo, dedicación y el costo de los recursos invertidos (o gastados) en las cosas que consigues o en las metas que alcanzas, sin medirte con nadie y lejos de las listas de propósitos. Date cuenta de lo que sí has logrado, dale su justo valor y reconócete. ¡Celébrate!

Y tú, ¿qué puedes reconocerte en este 2022?

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