Por Omar Garfias
@Omargarfias
La carencia más grave es la del hacinamiento, familias que viven en uno o dos cuartos y son tres o más personas por habitación.
156 mil sinaloenses padecen ese problema, según el reporte más reciente del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). Nueve mil más que antes de que empezara este gobierno.
En tres años, ninguno ha tenido apoyo ni hay programa del estado para superar esa condición de pobreza.
En tres años, el gobierno del estado ni siquiera ha empezado a hacer el programa estatal de vivienda que establece la ley. No hablamos de terminarlo, ni de ya estarlo aplicando para garantizar el derecho constitucional a la vivienda. No, estamos hablando de que no lo han empezado a hacer.
Lo confiesan en el tercer informe: “Por la relevancia que representa contar con este programa, se llevó a cabo la primera sesión ordinaria del Consejo Estatal de Vivienda de Sinaloa, en la cual se presentaron los avances en materia de vivienda que se tienen en Sinaloa, exponiendo las carencias que existen para aplicar de forma efectiva la Política Estatal de Vivienda e iniciar la elaboración del programa”.
Eso sí, reconocen que es “relevante” el programa que no han hecho en tres años, ni al menos comenzado.
El Coneval e INEGI visitaron el territorio en 2022 y hallaron a 34 mil personas con casas de muros de cartón o plástico, esto es, 16 mil más que en la medición pasada, en 2020, cuando gobernaba otra administración.
Tampoco hay beneficiarios, en tres años del gobierno estatal, con los muros firmes que necesitan; ni siquiera existe un presupuesto programado.
En 2022, 59 mil sinaloenses vivían con piso de tierra, 7 mil más que en 2020.
Asimismo, señala que 38 mil ciudadanos de Sinaloa habitaban con techos de cartón, 10 mil más que dos años antes.
En el primer informe de gobierno no se da cuenta de ningún beneficiado con un piso o con un techo firme. En el segundo informe tampoco. Sólo mencionaron que existía un presupuesto para construir 284 acciones, que ayudarían a unas mil personas, pero no habían construido ninguna.
En el tercer informe, igual, ningún beneficiario y señalan que cuentan con dinero para construir 360 techos y 26 pisos... pero que aún no los hacen.
Al iniciar su gobierno, recibió terrenos para los desplazados por la violencia; tres años después tampoco ha construido esas casas.
El ritmo de trabajo es parsimonioso, sin apuro.
El presupuesto en beneficio del pueblo con carencias de vivienda es inexistente o insignificante.
Ningún pobre apoyado para que deje de vivir hacinado o con muros de cartón.
Escasísimos apoyados con techos y pisos.
Si, como lo está haciendo este gobierno estatal, cada tres años apoyan a sólo 2 mil 400 de los 38 mil sinaloenses sin techo, dentro de 48 años se superaría el problema.
Si cada tres años apoyan a sólo 280 de los 59 mil sinaloenses que viven en casas con pisos de tierra, dentro de 632 años se superaría el problema.
Subrayo que el informe del Coneval señala que la carencia no disminuye, sino aumenta.
El gobierno del estado no invierte en la vivienda de las familias pobres.
Las deja solas.
Los pobres tienen que mejorar su vivienda pobre con sus pobres recursos.
Algunos ayuntamientos apoyan con algo de sus más reducidos presupuestos.
También hay un problema de “contratismo”.
Presupuestos tan menores para hacer obras tan sencillas es mucho más eficiente ejecutarlos por autoconstrucción, donde se entregan los materiales a los beneficiarios y ellos, con asesoría técnica, mejoran su vivienda.
La mayor disminución de la carencia de un piso firme en el país sucedió en Sinaloa entre 2008 y 2010, cuando dejó de afectar a 177 mil sinaloenses. Se hizo por autoconstrucción. El problema disminuyó de 219 mil a 42 mil personas. Un récord nacional de reducción de cualquier aspecto de la pobreza.
La producción de vivienda del sector privado en Sinaloa también se ha caído en los gobiernos de Morena.
La industria de la construcción está en crisis, lo que implica pérdida de empleos y la insuficiencia para satisfacer las necesidades de vivienda del pueblo sinaloense.
Según datos oficiales del Registro Único de Vivienda, en 2018 se construyeron 5 mil 603 viviendas nuevas en el estado.
En 2019, el primer año del gobierno de López Obrador, la construcción cayó a 5 mil 112; en 2020 siguió en descenso, a 4 mil 671, y en 2021 volvió a disminuir a 4 mil 308.
En 2022, el primer año del gobernador Rubén Rocha, bajó a 3 mil 508; en 2023, la caída siguió hasta construir sólo 3 mil 295.
En lo que va de este año apenas se han edificado 2 mil 602, lo que significa que probablemente no se llegue a las 3 mil.
El rezago de viviendas en Sinaloa es estimado por la especialista Mariana Cebreros en 500 mil.
No hay una eficiente política estatal de vivienda.
Cada año va para abajo la producción. Cada año aumenta el rezago.
La víctima es el pueblo de Sinaloa que ve alejarse su derecho a la vivienda.
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