¡Qué hay de nuevo… Viejo!
Por Araceli Mendoza
@Arinmaldoza
Las llamadas jefas de familia, esas mujeres que todos los días inician su día antes del amanecer, en una jornada de trabajo sin descanso. Dejar todo listo, sí, desde la casa, la comida, los hijos…
Estas mujeres conocen a la perfección su agenda de actividades del día: la ropa lavada, la casa limpia —referirse a la casa implica una enorme dedicación para tener toda la vivienda organizada y limpia—, en una labor titánica, en la que el confinamiento fue más que terrible, y con el aumento de la pobreza, han tenido que hacer malabares con su economía.
Pero estas mujeres no se concretan al trabajo de la casa, pues también tienen que generar recursos y, lamentablemente, sus ingresos son apenas equivalentes a un salario mínimo, cuando los hombres normalmente ganan entre tres y cinco salarios mínimos. Por supuesto, también interviene el grado o nivel de escolaridad…
Pero estas jefas de familia tejen, hacen manualidades, hacen trabajos de multinivel para generar un poco más de ingresos, aunque sea en el comercio informal.
Para las mujeres es complicado llegar a nivel medio superior o superior, por la situación que impera en el país; en esta crisis económica, las mujeres tienen que alcanzar estos niveles escolares porque, de no hacerlo, están destinadas a percibir bajos salarios.
Desgraciadamente, las jefas de familia trabajan menos horas laborales que los hombres, por atender la casa y a los hijos, incluso a los adultos mayores, actividades que no son remuneradas.
Las jefas de familia tienen que recurrir a trabajos sin prestaciones, muchas veces sin seguro social, en los sectores del comercio y los servicios.
Las jefas de familia, por supuesto, viven la mayor pobreza y sus hijos, hoy, son compañeros de esta situación por falta de comida debido al alza en los precios de los productos de la canasta básica. Lo más socorrido eran las tortillas, pero ahora son un lujo. ¿Dónde quedó el taco con salsa y sal?
La olla de frijoles es otro lujo: el gas se incrementó, al igual que el frijol, la cebolla, los ajos y todos los ingredientes que se requieren para poder comer.
Estas jefas de familia explican a loso hijos, como pueden, esta alza tan terrible. ¿Acaso las familias serán vegetarianas y los quelites, las espinacas, acelgas y otras yerbas harán presencia en sus mesas? Antioxidantes de hojas verdes, esas que aportan vitamina B9, folatos o ácido fólico (“fólico” procede de la expresión latina “folia”, que significa hoja). La verdura de hoja verde es la fuente más rica de esta vitamina.
Muchas jefas de familias rurales acostumbran estas verduras, pero no viven en esta ciudad donde no se puede tener un corralito, pero sí se puede hacer un huerto para poder tener aunque sean chiles. Hay una regresión social, hay que sacar la creatividad; aprender de situaciones complicadas fortalece el carácter.
quehaydenuevoviejo760@yahoo.com.mx
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