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La ola verde llegó al zócalo

¡Qué hay de nuevo… Viejo!


Por Araceli Mendoza

@Arinmaldoza

Recuerdo que la Asociación de Locutores de México, a la cual pertenezco, hizo un reconocimiento al General en retiro Tomás Ángeles Dauahare, a quien tuve el gusto de felicitar.

Dauahare alcanzó el grado máximo de General de División y fue subsecretario de la Defensa Nacional de 2006 a 2008. En 2012 fue acusado de vínculos con el narcotráfico y encarcelado sin sentencia. Finalmente, fue exonerado en 2013.

Cómo olvidar las palabras de su esposa cuando comentó que fue al Monumento a los Niños Héroes a pedirles por la liberación de su esposo, víctima de acusaciones en su contra.

En esos años el secretario de la Defensa Nacional era Guillermo Galván Galván y Felipe Calderón el presidente de la República, quien por cierto ahora vive en España, como otros ex presidentes, quienes juraron lealtad a México. Me refiero a Carlos Salinas de Gortari y Enrique Peña Nieto.

Lo que se maquinaba en el sexenio de Calderón con Genaro García Luna para seguir su plan con el narcotráfico, sin importar llevarse a muchos por delante; por eso fue exonerado el General de División Ángeles Dauahare, a quien le querían fincar asuntos que no le correspondían.

El General Tomás Ángeles se desempeñó en el área de Inteligencia y persiguió a compañeros de armas implicados en el narcotráfico. Es nieto de un héroe de la Revolución, el general Felipe Ángeles, quien estuvo muy cerca de Francisco Villa, al que ayudó a obtener grandes victorias, al ser un gran estratega en la División del Norte.

Qué bueno que la Ola Verde llegó al zócalo. Espero que el coraje con que se instruye a los militares sirva para defender la postura que tienen como seres humanos. Ellos están para servir a la Patria, pero este gobierno los sacó a las calles para desempeñarse como policías, a pesar de que la instrucción castrense es muy diferente.

Vimos cómo murieron 16 militares en un helicóptero, pero ni usted ni yo pudimos ver, con las pruebas de balística, si fue derribado o tuvo una falla. Hubo muchas pérdidas de vidas valiosas, y todo por la aprehensión de un delincuente, Rafael Caro Quintero, hombre nocivo para la sociedad.

Pero ahora los militares activos, los retirados y sus familias están bastante molestos por la falta de apoyo a las Fuerzas Armadas. En pocas palabras, están diciendo al presidente que no son sus pendejos; que son hombres y mujeres comprometidos para defender la soberanía de México, pero no están dispuestos a permitir que sigan matando a sus compañeros por su absurda decisión de dar “abrazos, no balazos” y apoyar más a la delincuencia que a los militares que defienden a la Patria.

Si los delincuentes, quieren dedicarse a situaciones nocivas, es su decisión, pero no se puede seguir permitiendo lo no permitido.

Si no se escucha a esta ola que pintó de verde a 15 ciudades ¿qué podemos esperar? Esta marcha expresó en sus reclamos en cartulinas: ¡Ya no contarás con mi voto!, en memoria de los militares que murieron en espera de una orden de disparo que nunca se dio.

En la marcha se escuchaban las arengas de ¡Soldado, amigo, el pueblo está contigo!”, ¡Libertad! y ¡Justicia!, al tiempo de exigir la liberación de sus compañeros, encarcelados por la situación que se vivió en Nuevo Laredo, Tamaulipas, el pasado 26 de febrero.

Para evitar todo esto, el Ejército debería regresar a sus cuarteles. ¿No te parece, Crescencio Sandoval?

quehaydenuevoviejo760@yahoo.com.mx

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