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Lo mejor (no siempre) está por venir


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Por Déborah Buiza

@DeborahBuiza


Hace algunos años, en diversos posteos en las redes sociales con motivo de la proximidad del nuevo año se leían mensajes muy entusiastas como “¡Año X sorpréndeme!”, “el próximo año es mi año”, “¡este es mi año, voy con todo!”, pero después de la pandemia de la COVID-19 algunos nos volvimos menos entusiastas y  más reservados. La verdad, ya no estamos para ni queremos sorpresas.

“Lo mejor está por venir”, se dice con frecuencia para intentar levantar el ánimo o romper con la negatividad o la frustración de un momento complicado. Sin embargo, no siempre es así y podemos encontrar que tarda mucho en llegar ese momento en el que las cosas sean mejores. Sin ser fatalista, a veces las cosas no sólo no mejoran, sino se complican más y, entonces, sentimos que “lo peor está por llegar”.

Mantenernos optimistas, sin caer en el “optimismo tóxico”; abiertos al futuro, sin generar muchas ni muy altas expectativas que nos eleven tanto que después, si hay caída, no sea descomunal el trancazo, y con los pies bien plantados en el suelo de una realidad cambiante en la que no siempre tenemos injerencia, es un desafío constante.

¿Qué hacer entonces en el momento en el que lo “mejor está por venir” o lo “peor está por llegar? Estar presentes.

Se dice fácil, pero implica un trabajo personal interesante y constante. Darnos cuenta de quiénes somos, dónde nos encontramos, qué hacemos, con quiénes estamos, cómo construímos con nuestro hacer y no-hacer los vínculos que tenemos, con qué contamos, qué nos falta … No ayer ni mañana, sino hoy, en este momento en que estás leyendo, por ejemplo.

Si bien es necesaria la planeación y organización para el futuro, el inmediato y el más lejano, olvidarnos de estar presentes en el momento actual puede tener efectos colaterales en ese futuro que tanto anhelamos. Requerimos la consciencia de que lo que hacemos hoy sea en nuestro beneficio para hoy y para el futuro.

¿Por qué lo pongo sobre la mesa hoy?

Porque creo que en la carrera rumbo al cambio de año nos pasa que estamos en muchos tiempos, en todos los “pasados” o “futuros”, y muy poco en el presente, con los que sí estamos, con lo que sí tenemos y con quienes sí somos.

Esta temporada no es la mejor para muchas personas. No siempre “lo mejor está por venir” y puede ser muy complicado sobrellevar los sentimientos que suelen aparecer ante una realidad que no es la que nos gustaría o la óptima.

Estar en el presente, tratarnos con amabilidad y paciencia, puede ser un buen recurso. También, considerar que no todo está en nuestras manos ni al alcance de nuestras decisiones; que vivimos en un mundo con una dinámicas y problemáticas que con frecuencia nos “exprimen” al máximo, a pesar de nuestros esfuerzos (y sobreesfuerzos) por estar bien.

Sin importar lo que venga, estar presente puede ser un buen lugar para empezar o continuar…  Y, quién sabe, a lo mejor eres lo mejor que está por llegar o, mejor aún, que ¡ya está aquí!

Y tú, ¿qué esperas hoy?

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