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Los otros datos de Trump para dar atole con el dedo

migueldealba5




Ví a Mario Santiago

y Orlando Guillén

los poetas perdidos

de México tomando

atole con el dedo.

En los murales de

una nueva universidad

llamada infierno

o algo que podía ser

una especie de

infierno pedagógico.


Poema Atole

del chileno

Roberto Bolaño



Fueron dos declaraciones -nada aisladas- las que hizo Donald Trump la semana pasada hacia México que, de plano, dieron mucho qué pensar en torno de las respuestas del gobierno de Claudia Sheinbaum sobre ellas.Por un lado, Trump advierte a las empresas armadoras de autos en México que tienen un mes para cerrar y reinstalarse en su país.

Por el otro lado, dice a México que la aplicación de 25 por ciento en los aranceles será a partir del 2 de abril. Más que una prórroga, lo que hizo fue ganar tiempo político en los medios internacionales.

Luego, en su mensaje ante el Congreso de los Estados Unidos, mencionó que México envió a “29 presos de importancia”. Donald Trump dijo que México quiere hacernos felices con un sólo hecho, pero no se aplica a fondo en combatir la delincuencia que alcanza a la población de los Estados Unidos.

Advirtió que se necesita mucho más que eso y, sin embargo, el gobierno mexicano presumió un éxito (no logrado y ajeno) y trató de desviar la atención con su llamado a llenar el zócalo capitalino para hacer absolutamente nada que valga la pena.

Veamos por partes:

El presidente Trump comunicó a las empresas que deben trasladar su producción a territorio estadunidense y cerrar en un plazo de un mes. Se entiende como una presión directa para que reconsideren su ubicación, en línea con una política de “Estados Unidos primero”.

Además, anunció que la tarifa del 25 por ciento sobre los autos se aplicará a partir del 2 de abril, lo que implica un endurecimiento comercial contra México.

Ambas medidas deben verse como instrumentos que obligan a nuestro país y a las empresas a aceptar otros términos en las negociaciones comerciales. Crean un ambiente de urgencia y de tensión.

También está el componente simbólico y mediático. Más que una mera prórroga, se puede interpretar como un movimiento para posicionarse en la discusión global, generar titulares y “comprar tiempo” para afianzar posturas negociadoras o buscar concesiones. Aunque los de la 4t digan que se frenaron los aranceles.

Trump refuerza su imagen de negociador duro y dispuesto a actuar de manera drástica, lo cual tiene un impacto importante en la percepción internacional y en su base política.

Estas medidas, además de una necesidad de recomposición del comercio bilateral, también funcionan como presión política. Una maniobra para ganar atención en los medios internacionales y generar incertidumbre en el sector y en el ámbito diplomático.

Combina la táctica económica con un fuerte componente de comunicación política, que enfatiza su postura “dura” en negociaciones comerciales, mientras se mueve en el tablero político internacional.

Trump se ve como un líder que impone medidas contundentes en materia de seguridad y de comercio, mientras minimiza lo que percibe como gestos superficiales por parte de México.

Al usar expresiones (ante su Congreso) como “nos quieren hacer felices”, sugiere que se trata de un gesto simbólico, más que de una acción integral contra el narcotráfico.

Muchos críticos coinciden en que, al estar encarcelados, la mayoría de esos detenidos ya habían perdido el control en sus organizaciones, lo que minimiza su impacto real en la seguridad.

La declaración política de “Estados Unidos primero” usa la presión arancelaria para forzar cambios en la cooperación bilateral. El énfasis en este “hecho sin precedentes” funciona para ganar titulares y fortalecer la imagen de un gobierno decidido, aunque el efecto práctico sobre la delincuencia sea limitado.

Y contrasta con la realidad al criticar a México y presionar para mayores acciones en contra del crimen. Sólo deja ver que la entrega de estos presos pudo haber sido más una maniobra política que una solución profunda a los problemas transnacionales de seguridad.

Como el zócalo de plano no se llenó con gente conocedora del tema, los MUY COMPROMETIDOS líderes nacionales de Morena prefirieron tomarse fotos entre ellos, aunque implicara ignorar a su Jefa. Claro, luego quisieron corregir pero sólo quedaron más en ridículo.

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