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Mexicana lucha contra el cambio climático con una estufa que ahorra leña


Dulce Cruz muestra cómo funciona la estufa ahorradora de leña.

PNUD México

Reportaje producido por Primavera Díaz / Noticias ONU


Dulce Cruz es una mujer incansable que no se conformó con estudiar una Licenciatura en Administración de Empresas Turísticas, sino que comprendió que México y su estado natal, Quintana Roo, necesitan más conciencia social y ambiental. Con motivo del Día Internacional de la Mujer, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) definió que el tema sería el de “Igualdad de género hoy para un mañana sostenible”, reconociendo la contribución de las mujeres y las niñas de todo el mundo, que lideran los esfuerzos de respuesta, mitigación y adaptación al cambio climático. La historia de Dulce inicia en su universidad, cuándo al estudiar la carrera de Administración de Empresas Turísticas en su natal pueblo, Felipe Carrillo Puerto, en Quintana Roo, conoció a un maestro que la concienció sobre la importancia de la zona y de su recuperación. Dulce cuenta que conforme aprendía tomó la decisión de dedicar su vida a la recuperación de su territorio, dejando a un lado el sector corporativo empresarial. “A partir de entonces dije que esto es lo que quiero en la vida; quiero continuar este camino y no me veo en la industria hotelera ni nada de eso. Quiero hacer esto. Entonces me sumé a trabajar en una Asociación Civil que estaba en Carrillo Puerto y, dentro de este proceso es que, en un taller de temas de emisión de dióxido de carbono (CO2)... nació una de las estrategias que abona al proceso de las estufas de leña”, platicó.


Uno de los pricipales objetivos de las estufas "Túmben Kóoben" es reducir las emisiones de gases y la degradación forestal / PNUD México

¿Cómo lo hizo? Después de talleres, capacitaciones, certificaciones, y mucha dedicación, Dulce, junto con un gran equipo de trabajo, logró crear la Cooperativa “Túmben K´óoben”, que significa “Nuevo fogón” en maya, en donde se construyen estufas ahorradoras de leña, dando una alternativa ecológica que se crea con materia prima de la región: nopal, cáscara de elote seco, piedra sascabosa y tierra blanca. Uno de los principales objetivos de las estufas ahorradoras de leña es reducir las emisiones de gases y disminuir la degradación forestal. Gracias a este trabajo, Dulce y su cooperativa lograron ser beneficiarios del Programa de Pequeñas Donaciones del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), adquiriendo recursos financieros para continuar su labor y llegar a más rincones de Quintana Roo y de Yucatán. Para Dulce, esta experiencia ha sido muy enriquecedora ya que, a través de las capacitaciones y aprendizajes, ha logrado mantener una sana relación con la agencia de la ONU, que ayuda a los proyectos dispuestos a contribuir a la sanación del planeta. “El PNUD siempre ha estado muy presente en la Península de Yucatán, donde apoya constantemente con recursos financieros a los procesos comunitarios, y no sólo lo hacen económicamente, pues tienen una colaboración muy participativa con talleres y capacitaciones”, agregó. El Programa de Pequeñas Donaciones del Programa tiene presencia en más de 125 países, incluyendo México, y brinda apoyo financiero y técnico a proyectos que tengan como objetivo la conservación ambiental y el mejoramiento de las condiciones de vida de las comunidades. El programa ha facilitado que comunidades locales y las organizaciones de la sociedad civil que trabajan en ellas accedan a estos recursos. De esta forma se apoyan proyectos alineados con las estrategias del fondo y los Objetivos del Desarrollo Sostenible, como es el caso de Dulce y la cooperativa “Tùumben K`óoben”. Andrea Serrano, Especialista en Evaluación y Monitoreo del Programa de Pequeñas Donaciones, explicó que el Programa tiene 27 años en México, con oficinas centrales en la ciudad de Mérida, Yucatán. Durante este tiempo, ha financiado 677 proyectos de desarrollo sostenible. Los proyectos han creado directamente alrededor de 5 mil 400 empleos permanentes y otros 13 mil de manera indirecta. Tiene alrededor de 14 mil personas beneficiarias, de las cuales seis mil son mujeres. “Trabajamos en el sureste de México, en los estados de la península de Yucatán, Tabasco y Chiapas. El mecanismo principal es a través de convocatorias con una gama de líneas de trabajo. Lo más interesante es que no solo son organizaciones sociales, sino también cooperativas, sociedades productoras rurales y ejidos. Por lo tanto, es una forma muy eficiente de movilizar recursos directamente a organizaciones de base”, indicó. El Programa de Pequeñas Donaciones ha invertido más de 38 millones de pesos en el sur y sureste de México, en apoyo a proyectos diversos. Las principales estrategias apoyadas son: agroecología, agroforestería, acuacultura sustentable con especies nativas y pesca responsable; turismo comunitario, manejo forestal sustentable y apicultura orgánica. El apoyo financiero se basa en tres pilares que fomenta en todas sus acciones: cuidado y valorización de la biodiversidad como base del bienestar; promoción de la equidad de género para construir sociedades justas, y transparencia y ética en todas las acciones y actividades.

En México se espera iniciar con una nueva fase en los próximos seis meses.

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