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Reconoce la Semarnat los daños ambientales del tren maya; hace falta más: Greenpeace


Tramo talado de la selva maya, Quintana Roo. / © Paola Chiomante / Greenpeace
Tramo talado de la selva maya, Quintana Roo. / © Paola Chiomante / Greenpeace

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) reconoció por primera vez los daños ambientales históricos causados por la construcción del Tren Maya en la Península de Yucatán, pero Greenpeace considera que si bien el anuncio de un plan integral de restauración es un hito importante, "la verdadera solución requiere la participación activa de comunidades locales, científicos y sociedad civil".

El acuífero peninsular: Oportunidad y reto multidimensional

La propuesta de convertir el sistema de cavernas y cenotes de Quintana Roo en reserva de la biosfera podría ser un punto de inflexión. El acuífero:

- Provee el 60 por ciento del agua potable regional

- Alberga 12,000 años de historia geológica y arqueológica

- Conecta 15 áreas naturales protegidas

Sin embargo, su protección exige acciones contundentes contra:

1. Agrotóxicos en monocultivos de Campeche (responsables de la muerte de 800 millones de abejas en 2024)

2. Desechos de 320 megagranjas porcícolas en Yucatán

3. Contaminación hotelera no regulada


Fauna y fragmentación ecológica: Más allá de las mallas

Greenpeace menciona que aunque se eliminarán las barreras físicas en las vías, el verdadero desafío radica en:

- Crear 22 corredores biológicos para especies como el jaguar (población reducida en 40 por ciento desde 2020)

- Mitigar el impacto de 150 trenes diarios de carga hacia Puerto Progreso

- Implementar sistemas de monitoreo con cámaras trampa y sensores térmicos


Reforestación: ¿Solución o placebo ambiental?

Acerca del plan de sembrar 10 millones de árboles, Greenpeace considera que deben ser 100 por ciento especies nativas, y no 60 por ciento como señaló la Semarnat; que tengan una supervivencia de 80 por ciento con custodia comunitaria y no el 30 por ciento estimado por la dependencia de gobierno, y que se determinen como zonas prioritarias las áreas de recarga hídrica y los corredores biológicos.


Industria extractiva: El elefante en la selva

Greenpeace señala que sólo en 2024 se autorizaron:

- 20 nuevas sascaberas para extracción de materiales pétreos

- 4 complejos hoteleros en áreas de amortiguamiento ecológico

- 1,200 ha deforestadas para infraestructura ferroviaria

Estos proyectos, impulsados principalmente por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), representan una pérdida irreversible de 0.5 por ciento anual del manto selvático restante.


Restauración participativa

Greenpeace propone un modelo de gobernanza ambiental con:

- Comités ciudadanos con poder vinculante

- Plataforma digital de monitoreo en tiempo real

- Fondos comunitarios para regeneración ecológica

- Moratoria inmediata a nuevos proyectos extractivos


La ventana de acción se cierra:

Cada día de operación sin medidas integrales equivale a 15 mil metros cúbicos de agua contaminada; 50 hectáreas (ha) de selva degradada y poner en riesgo crítico a 12 especies.


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