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Trump, toda una amenaza

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TEMAS CENTRALES


Por Miguel Tirado Rasso


Esperemos que más pronto

que tarde, Claudia Sheinbaum

concerte una entrevista

con el neoyorquino,

antes de su toma de posesión.

No lo puede descuidar.

Donald Trump amenaza prácticamente al mundo entero. Bueno, casi, porque su mensaje es para todos aquellas naciones que no se alineen con el país de las barras y las estrellas.

El republicano todavía no es presidente de los Estados Unidos de América; tomará posesión el próximo 20 de enero de 2025, pero actúa como si ya lo fuera.

El titular del Ejecutivo, Joe Biden, después de la terrible derrota de su candidata, Kamala Harris, se ha convertido en lo que se conoce en la tradición política norteamericana como lame duck (pato cojo), denominación que se aplica a quien ya tiene sucesor y, consecuentemente, su poder político va en caída libre.

El magnate no ha tardado en aprovechar esta circunstancia y se ha apropiado del escenario político siguiendo una estrategia que le da primeras planas en los medios del mundo, ya sea por los nombramientos que anuncia a cuentagotas, por lo polémico de los personajes seleccionados para integrar su gabinete o por sus impactantes declaraciones que, inevitablemente, tienen repercusión a nivel internacional.

Entre las naciones destinatarias de sus amenazas figuran sus vecinos geográficos. México y Canadá, con quienes hay suscrito el acuerdo comercial T-MEC, inexistente para sus fines políticos de amedrentamiento, países que serían afectados con la aplicación de un arancel de 25 por ciento a todos los productos que ingresan a los EU y “sus ridículas fronteras abiertas”, publicó Trump. También está la amenaza de una deportación, la mayor de la historia, de inmigrantes indocumentados, hasta que se frene la entrada de migrantes y de drogas en la frontera. Todo esto, con aplicación inmediata el primer día de su gobierno.

También amenazó a China con un impuesto adicional del 10 por ciento a los bienes procedentes de ese país. Asimismo, a los miembros del BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, Egipto, Etiopía, Irán y Emiratos Árabes), los amagó con endosarles un arancel de hasta 100 por ciento, en caso de que actúen en contra de la moneda norteamericana en el mercado.

El grupo está en un proceso de desdolarización, y de ahí surgió el reclamo del neoyorquino a estos países para que se comprometan a no crear una nueva moneda BRICS ni a respaldar una divisa que sustituya al dólar norteamericano en el comercio mundial.

Actualmente, la proporción del dólar en las reservas mundiales de divisas cayó por debajo del 59 por ciento, en un prolongado descenso que lleva ya dos décadas, según el Fondo Monetario Internacional.

Al presidente electo le gusta aparecer como un personaje dominante, avasallador, desafiante y, tras su triunfo electoral, imbatible. Borró de la escena al Partido Demócrata. Además de rebasar el número de votos electorales, ganó el voto popular. Su partido se hizo del control del Senado y retuvo el de la Cámara de Representantes.

Por otras circunstancias, el próximo presidente también tendrá a su favor la Corte Suprema, con el apoyo de seis de sus nueve miembros. Trump asumirá su Presidencia con “más poder del que los redactores de la Constitución jamás imaginaron”, según opinión de la politóloga de la Universidad George Washington, Sarah Binder.

Y con ese poderoso, complicado y poco diplomático presidente tenemos que convivir y negociar. La amenaza del arancel de 25 por ciento encendió las alertas en México y Canadá. En el país de la hoja de maple, el primer ministro Justin Trudeau buscó hacer contacto con el neoyorquino a través de una llamada telefónica, el mismo día en que Trump lanzó la advertencia en su red social Truth Social. Esa misma semana, viajó a los EU para reunirse con Donald Trump en su finca de Mar-a-Lego. Ambos personajes calificaron de excelente la conversación en su encuentro.

En México la reacción fue diferente. La presidenta Claudia Sheinbaum decidió responder con una carta, que primero dio a conocer en su mañanera, que se envió dos días después de la publicación de la amenaza de los aranceles. Seguramente por recomendación de sus asesores, sostuvo una conversación telefónica con el presidente electo, también, dos días más tarde.

Sobre la reacción de Palacio se han volcado las opiniones. Indiscutiblemente, el trato con Trump no es sencillo, por lo que valdría analizar muy bien el terreno en que se pretende sostener el diálogo con el personaje.

Se ha dicho que el magnate no se caracteriza por ser un gran lector, lo que supone no le habrá prestado mucha atención a la misiva de la presidenta, pero sus asesores sí y no les habrá gustado aquello de que el fentanilo es un problema de consumo y de salud pública de los EU; que las armas provienen de ese país; que México no produce las armas, que las drogas no las consumimos nosotros y que los muertos los ponemos nosotros. Entre otros señalamientos.

La comunicación telefónica seguramente permitió otro nivel de comentarios, sin imputaciones. Al menos, según Trump, se trató de una maravillosa plática, y según la presidenta, fue una excelente llamada.

Eso sí, a su estilo, Trump hizo afirmaciones que no corresponden a lo que se habló, pero que él ajusta para sus intereses políticos. Eso no debe asustarnos porque así se conduce y no cambiará.

Esperemos que, más pronto que tarde, Claudia Sheinbaum concerte una entrevista con el neoyorquino, antes de su toma de posesión.

No lo puede descuidar.

Diciembre 5 de 2024

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