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Alzan la voz por la justicia climática las Iglesias del Sur Global

El Papa León XIV con los representantes de los episcopados de África, Asia y América Latina. / @VaticanMedia
El Papa León XIV con los representantes de los episcopados de África, Asia y América Latina. / @VaticanMedia


Las Conferencias Episcopales de América Latina, África y Asia, coordinadas por la Pontificia Comisión para América Latina, presentaron un documento intercontinental rumbo a la Conferencia de las Partes sobre el cambio climático (COP30): una denuncia contra las falsas soluciones y un llamado urgente a la conversión ecológica, que entregaron al Papa León XIV.

El documento “Un llamado por la justicia climática y la casa común: conversión ecológica, transformación y resistencia a las falsas soluciones”, es una iniciativa conjunta de las conferencias episcopales de África, Asia y América Latina y el Caribe —SECAM, FABC y CELAM, respectivamente—, coordinadas por la Pontificia Comisión para América Latina (PCAL), en preparación a la COP30, en Belém do Pará, Brasil.

En su elaboración participaron los cardenales Jaime Spengler, por la CELAM; Filipe Neri Ferrão, por la FABC; Fridolin Ambongo, por SECAM, y la Dra. Emilce Cuda, de la PCAL, así como el cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.

El documento fue presentado al Papa León XIV por los presidentes de los organismos episcopales continentales.

Fruto del discernimiento y la resistencia

El arzobispo de Porto Alegre y presidente de la CELAM, cardenal Jaime Spengler, explicó que el texto es producto de un “discernimiento espiritual y comunitario entre Iglesias hermanas del Sur Global”.

Desde América Latina llega cargado de experiencias concretas de sufrimiento y esperanza: “Levanto una voz que no es sólo mía, sino de los pueblos amazónicos, de los mártires de la tierra, de las comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas que cuidaron la vida en medio de la amenaza”.

Criticó las falsas soluciones climáticas que ignoran el componente ético de la crisis: “¿Cómo aceptar que la solución climática sea un negocio para pocos y un sacrificio para los pueblos originarios y locales?”, preguntó.

Frente a la lógica del “capitalismo verde”, propuso una transición “justa, popular y comunitaria”, centrada en las comunidades, las mujeres y los jóvenes. 

Asia: entre catástrofes reales y soluciones ilusorias

Desde el continente asiático, el cardenal Filipe Neri ofreció una visión pastoral y ética al denunciar las consecuencias visibles del cambio climático: “Nuestra región vive ya inundaciones, migraciones forzadas, pérdida de islas, mientras se imponen soluciones como mega-infraestructuras o minería para baterías verdes que no respetan la dignidad humana”.

Instó a los países del Norte a reconocer su deuda ecológica, estimada en 192 billones de dólares para 2050, y a garantizar un financiamiento climático justo y sin nuevas deudas, al tiempo que subrayó que la respuesta de la Iglesia debe ser más que crítica: “Queremos promover alternativas como economías del decrecimiento, programas educativos, espiritualidad ecológica y redes interreligiosas por la vida”.

África: un grito por dignidad y justicia

El cardenal Fridolin Ambongo, arzobispo de Kinshasa y presidente del SECAM, alzó la voz en nombre de un continente rico en recursos históricamente saqueado. “África no es pobre: es un continente expoliado. No aceptamos que se sacrifiquen comunidades enteras en nombre de la transición energética, ni que los bosques se conviertan en activos financieros mientras falta agua potable”.

Destacó que la Iglesia africana propone una transformación centrada en la vida, los derechos de los pueblos indígenas y migrantes climáticos y la equidad intergeneracional. “El tiempo de la indiferencia ha terminado. África quiere vivir, respirar y contribuir a un futuro justo para toda la humanidad”.

Cuda: organización, catolicidad y poder simbólico

La Dra. Emilce Cuda, secretaria de la PCAL, destacó el carácter comunitario del proceso. “Esto nace en América Latina con la necesidad de tener una voz profética para que nuestros pueblos tengan vida. Luego se sumaron África y Asia, y el Papa aprobó esta capacidad de organización de la Iglesia en el Sur Global”.

Mencionó que la catolicidad no es un concepto abstracto, sino “la práctica concreta de una comunidad organizada que combate el individualismo y construye puentes”. El documento aportará a la COP30 “un poder simbólico que derriba muros, aunque no posea fuerza política ni financiera directa. Nuestra misión es pastoral: tocar el corazón también de quienes hoy están en lugares de decisión. Ellos también son católicos. Es una llamada para todos”.

Cuda afirmó también que “…la comunicación es parte del credo católico. Hoy más que nunca necesitamos a los especialistas en comunicación más para contrarrestar el negacionismo y organizar la esperanza”.

Conversión y coraje desde el Evangelio

Monseñor Lizardo Estrada, secretario general de la CELAM, sintetizó el mensaje del documento: “Estamos en una crisis que se debe tomar en serio. No esperemos más muertes ni exclusiones. Es tiempo de conversión, como pide el Evangelio”.

El texto no sólo recoge la voz de los pastores, sino también la de científicos, teólogos y especialistas. “Es un llamado a actuar ya, con coraje. Como decía San Agustín, la esperanza tiene dos hijas: la indignación ante la injusticia y el coraje para cambiar. A eso nos llama hoy la Iglesia”.

La realización concreta de Laudato si’

El cardenal Michael Czerny vinculó el documento con el legado profético del Papa Francisco: “Me pregunto si alguien, hace diez años, podría haber imaginado un cumplimiento y una implementación de Laudato si’. Esta es una extraordinaria expresión de lo que el Papa Francisco ha pedido y el Papa León XIV subraya”, expresó.

Hacia Belém: una voz unida y profética

El documento será presentado oficialmente en la COP30 y se espera incida en las decisiones globales desde una perspectiva ética, comunitaria y espiritual. “Vamos con los pies en la tierra y el corazón en el Reino”, expresó Spengler.

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