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¿De verdad es necesaria la biodiversidad?



¿Cuál es la importancia de la Conferencia de Biodiversidad de las Naciones Unidas (COP15), que iniciará el 7 de diciembre en Montreal, en un momento crucial para el planeta, con gobiernos de todo el mundo que se unen para tratar de acordar un nuevo conjunto de objetivos para la naturaleza para la próxima década?

Todos estos problemas están interrelacionados, al igual que sus soluciones. Los ecosistemas terrestres y marinos (bosques, turberas, océanos) absorben más del 50 por ciento de las emisiones de carbono provocadas por el hombre y son vitales para cumplir con las metas del Acuerdo de París.

La biodiversidad también desempeña un papel muy importante en la adaptación al cambio climático. Las soluciones basadas en la naturaleza, como los arrecifes de coral y los manglares, pueden proteger a las comunidades costeras de las tormentas, las inundaciones y la erosión.

En realidad, se trata de un círculo vicioso: el cambio climático acelera la pérdida de biodiversidad, lo que a su vez socava la capacidad de la naturaleza para regular y secuestrar emisiones, lo que acelera aún más el cambio climático.

En la Cumbre de la Tierra de 1992, en Brasil, se establecieron las tres Convenciones de Río: una sobre biodiversidad, otra sobre desertificación y una más acerca del cambio climático. Cada convención tiene una COP o Conferencia de las Partes, donde los gobiernos signatarios se reúnen regularmente para acelerar la acción en la implementación de los acuerdos.

Entonces, mientras la COP27, efectuada en noviembre, se enfocó en el clima, la COP15 lo hará en la naturaleza y la preservación de nuestro mundo natural.

La COP27 fue la primera COP climática que reconoció las "soluciones basadas en la naturaleza", al destacar que los dos temas están interconectados. De hecho, sin proteger y restaurar el mundo natural, ninguna de las tres crisis planetarias puede resolverse, razón por la cual la COP15 es tan importante.

Si bien la COP de biodiversidad normalmente se realiza bianualmente, este año es particularmente importante debido a un nuevo conjunto de objetivos que deben acordarse, los cuales se actualizan cada diez años.

En la COP10, en Nagoya, Japón, realizada en 2010, los gobiernos prometieron que para 2020 la pérdida de hábitat natural se reduciría a la mitad y el 17 por ciento de la superficie del mundo se convertiría en reservas naturales; ninguno de esos objetivos se ha cumplió.

Este año, los gobiernos tienen como objetivo firmar metas bajo los tres objetivos de la convención: conservación, uso sostenible y distribución de los beneficios de los recursos genéticos. Otros temas se centran en las finanzas y el objetivo de proteger el 30 por ciento de la tierra y el mar para 2030.

Tiempo de crisis

Nunca ha sido más vital llegar a un acuerdo. El planeta experimenta su mayor pérdida de vidas desde los dinosaurios, con la humanidad responsable de la pérdida del 83 por ciento de todos los mamíferos salvajes y la mitad de todas las plantas, y un millón de especies de plantas y animales están ahora en peligro de extinción.

El mes pasado, WWF y la Sociedad Zoológica de Londres publicaron el Informe Planeta Vivo, el cual reveló que las poblaciones de vida silvestre de la Tierra se han desplomado en un 69 por ciento, en promedio, en poco menos de 50 años.

Sin la biodiversidad, que a menudo damos por sentada, la vida moderna sería imposible. Nuestra existencia se basa en tener aire limpio, comida y un clima habitable, todo lo cual es regulado por el mundo natural. Más de la mitad del PIB mundial, equivalente a 41,7 billones de dólares, depende de ecosistemas saludables, de acuerdo con el grupo asegurador Swiss Re.

Habrá mucho en juego en Montreal, con 21 objetivos preliminares para negociar, que incluyen propuestas para reducir en dos tercios el uso de pesticidas; reducir a la mitad la tasa de introducción de especies invasoras, y eliminar miles de millones de dólares en subsidios gubernamentales ambientales.

Los objetivos también incluyen reducir la tasa actual de extinciones en un 90 por ciento, mejorar la integridad de todos los ecosistemas, valorar la contribución de la naturaleza a la humanidad y proporcionar los recursos financieros para lograr esta visión.

El texto final de la cumbre —el marco mundial de la biodiversidad posterior a 2020— incluirá más de 20 objetivos que se centran en todo, desde especies invasoras hasta biología sintética.

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