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La COP30 en riesgo de ilegitimidad por carestía, falta de alojamiento y polítiquería local

La COP30 se celebrará en la Amazonia, en la ciudad brasileña de Belém.                                (© Rafa Neddermeyer/COP30 Amazônia/PR)
La COP30 se celebrará en la Amazonia, en la ciudad brasileña de Belém. (© Rafa Neddermeyer/COP30 Amazônia/PR)

La Organización de las Naciones Unidas dio a Brasil, anfitrión de la conferencia de las Partes (COP) 30, un plazo hasta finales de agosto para solucionar los desafíos de alojamiento en la ciudad amazónica de Belém, al tiempo que aumentan las peticiones para que la cumbre se traslade a una ciudad más grande. 

La COP30 espera más de 50 mil participantes y sólo hay alrededor de 28 mil habitaciones disponibles actualmente en Belém, por lo que muchos delegados de los países más pobres serían excluidos de las negociaciones, lo que pondría los acuerdos de la cumbre climática en la ilegitimidad, afirmaron miembros de la oficina de la COP de la ONU en una reunión de emergencia en Brasilia.

Los funcionarios pidieron a Brasil tener, a finales de mes, una respuesta sobre cómo proporcionar las habitaciones necesarias para los participantes.

Richard Muyungi, presidente del Grupo Africano de Negociadores (AGN), dijo que algunos delegados se preguntan por qué Brasil no quiere trasladar la COP a una ciudad más grande. 

El periódico Folha de São Paulo informó que un grupo de 25 negociadores de varios países, incluidos Canadá, Suiza, Países Bajos y los grupos de países africanos y menos adelantados (PMA), enviaron una carta a la Secretaría del Clima de la ONU y a la Presidencia de la COP para solicitar trasladar la sede fuera de Belém si no hay soluciones sobre el alojamiento.


Funcionarios de la Presidencia de la COP30 muestran el alojamiento en Belém. /              © Bianca Otero/ZUMA Press Wire
Funcionarios de la Presidencia de la COP30 muestran el alojamiento en Belém. / © Bianca Otero/ZUMA Press Wire

Cruceros, escuelas y moteles

Belém, donde Brasil planea realizar la conferencia anual de la ONU sobre clima, es una ciudad de alrededor de 1,3 millones de habitantes, en la frontera de la selva amazónica, que tiene dificultades para garantizar alojamiento asequible para los delegados que llegarán a la conferencia, del 6 al 21 de noviembre. 

Ante la escasez de habitaciones, el gobierno brasileño busca espacios adicionales, entre ellos ofrecer habitaciones en cruceros fletados y convertir moteles, escuelas y clubes deportivos en residencias estudiantiles. La escasez ha provocado el aumento de los precios del alojamiento.

El presidente de la COP30, André Aranha Corrêa do Lago, refutó la sugerencia de que parte o la totalidad de la conferencia climática pudiera trasladarse fuera de Belém. “Seré muy claro: la COP se celebrará en Belém. No hay un plan B. Hay muchos apartamentos excelentes en Belém que podrían estar disponibles para los delegados. El problema son los precios actuales”.

Do Lago confirmó a O Globo que algunos países en desarrollo solicitaron trasladar la cumbre fuera de Belém, y agregó que los hoteles están causando una “crisis” por sus precios “completamente abusivos”.

“Mientras en la mayoría de las ciudades donde se han realizado las COP los hoteles cobran el doble o el triple del precio habitual, en Belém los hoteles piden más de diez veces los precios normales”, declaró Do Lago. “Hay un sentimiento de indignación en algunos países por esta insensibilidad”. 

Límites de precios y condiciones injustas

Muyungi afirmó que los miembros de la oficina también se opusieron a las condiciones desfavorables, como los límites al número de habitaciones que cada delegación puede reservar y las diferencias de precio, con un límite de 220 dólares por noche para los países más pobres y los pequeños estados insulares, y de hasta 600 dólares para los demás.

También se informó a los gobiernos que podían reservar un máximo de 15 habitaciones y que debían pagar el total por adelantado, no reembolsable aún si los delegados no asistían.

Muyungi afirmó que esto vulnera los derechos soberanos de los países respecto al número de delegados que podrían traer a la conferencia y el número de días que planeaban pasar allí.

Las condiciones sobre los límites de habitaciones y los pagos no reembolsables fueron rechazadas y se solicitó al gobierno brasileño abordar los problemas y dar más claridad sobre la situación.

Razones políticas impiden el cambio de ciudad

Cláudio Ângelo, coordinador de políticas internacionales del Observatório do Clima, una red ambiental brasileña, informó que trasladar la COP30 fuera de Belém sería políticamente difícil para el presidente Lula porque el gobernador de Pará, el estado donde se encuentra Belém, es un aliado político clave.


El presidente Lula da Silva (izquierda) y el gobernador Helder Barbalho (derecha) durante el anuncio de la celebración de la COP en Belém. / © Ricardo Stuckert/ Palacio do Planalto)
El presidente Lula da Silva (izquierda) y el gobernador Helder Barbalho (derecha) durante el anuncio de la celebración de la COP en Belém. / © Ricardo Stuckert/ Palacio do Planalto)

El gobernador Helder Barbalho proviene de una familia con gran poder político. Su padre, Jader Barbalho, senador y magnate de los medios, formó parte del equipo de transición de Lula tras las elecciones de 2022, y su hermano, Jader Barbalho Filho, es ministro de Ciudades de Lula.

El líder izquierdista Lula necesita su apoyo porque es uno de los dos únicos gobernadores de estados amazónicos que no pertenece a la extrema derecha.

La celebración de la COP30 en Pará ha impulsado la visibilidad nacional e internacional de Barbalho, y ha sido mencionado en los medios brasileños como posible compañero de fórmula para la vicepresidencia en las elecciones del próximo año.

Angelo considera que el gobierno podría reducir radicalmente los precios del alojamiento o enfrentarse a una elección “imposible” entre arriesgarse a la “COP menos inclusiva de la historia reciente” o trasladar la COP a Río de Janeiro, perdiendo la “oportunidad histórica de organizar una conferencia climática en la Amazonia, en la primera línea de la crisis climática”.

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