El 19 de julio de 2022 se registró un récord de 40.3 grados Celsius en el Reino Unido, con calor extremo generalizado, incendios forestales y tensión en el sistema de salud en todo el continente europeo.
“Hemos alcanzado un máximo histórico en el Reino Unido”, afirmó Petteri Taalas, secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). “Las olas de calor ocurrirán con más frecuencia debido al cambio climático. La conexión ha sido claramente demostrada por el Panel Intergubernamental de la ONU sobre el Cambio Climático (IPCC)”. Las altas presiones estables y, por lo tanto, la ola de calor, están aquí para durar varios días. Se esperaba que este martes fuera el día más caluroso del año hasta ahora en Francia. Las temperaturas esperadas oscilaron entre 36 y 40 grados Celsius con casi todas las partes del país en alerta por olas de calor, según Météo France.
“La ola de calor continuará al menos hasta mediados de la próxima semana, con temperaturas altas continuas en gran parte de Europa Occidental”, señaló Bob Stefanski, jefe de Servicios Climáticos Aplicados de la OMM. “Esto es alarmante con más de 40 días para el verano meteorológico”. La temperatura más alta jamás registrada en Europa fue de 48 grados Celsius (Grecia, 1977). Es posible que se haya producido un nuevo récord sospechoso en 2021 (48.8 grados Celsius en Sicilia) y la OMM lo revisa. El nuevo normal “En el futuro, las olas de calor van a ser normales. Veremos extremos más fuertes. Hemos arrojado tanto dióxido de carbono a la atmósfera que la tendencia negativa continuará durante décadas. No hemos podido reducir nuestras emisiones a nivel mundial”, lamentó SG Taalas. “Espero que este evento sea una llamada de atención para los gobiernos y que tenga un impacto en los comportamientos electorales en los países democráticos”. Según el IPCC, las temperaturas subirán más rápidamente en las áreas europeas que en otras partes. En el Mediterráneo, se espera una combinación preocupante de cambios en los factores climáticos (calentamiento, temperaturas extremas, aumento de las sequías y la aridez, disminución de las precipitaciones, aumento de los incendios forestales, niveles medios y extremos del mar, disminución de la capa de nieve y disminución de la velocidad del viento) a mediados de siglo, si el calentamiento global supera los 2 grados Celsius. El Informe especial del IPCC sobre extremos también muestra que las olas de calor serán más frecuentes, más largas y más intensas en el siglo XXI. Se necesitarán sistemas de alerta temprana y sistemas de salud reforzados. Contaminación y salud “La atmósfera estable y estancada atrapa los contaminantes atmosféricos, incluidas las partículas, lo que resulta en una degradación de la calidad del aire. Los rayos del sol conducen a la formación de ozono. Ambos impactan la salud, particularmente entre las personas vulnerables, y también impactan la vida vegetal”, explicó Bob Stefanski. Los sistemas de salud se ven desafiados por las olas de calor. “Cuando una ola de calor va acompañada de altos niveles de contaminación, exacerba las enfermedades y afecciones respiratorias y cardiovasculares, especialmente en los grandes espacios urbanos que no están adaptados para hacer frente a estas altas temperaturas”, señaló Maria Neira, directora de Medio Ambiente y Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Llevamos mucho tiempo alertando que el cambio climático está afectando gravemente a la salud humana y, por lo tanto, será extremadamente importante tomar medidas para alcanzar el carbono cero y acelerar la transición hacia fuentes de energía limpias y renovables”.
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