Las presiones del imperio
- migueldealba5
- 3 jul
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TEMAS CENTRALES
Por Miguel Tirado Rasso
A lo largo de casi seis años
de gobierno de la 4T,
ante el trato blando
a los cárteles, es evidente
que éstos pudieron expandir
sus zonas de influencia y control.
La de México con los Estados Unidos siempre ha sido una relación compleja, difícil y delicada. En otros tiempos, los usos diplomáticos y una política coincidente y definida en materia exterior de los gobiernos en turno permitieron librar, con mayor o menor éxito, los amagos del vecino del norte y mantener una relación de respeto.
Históricamente, la relación entre los dos países ha tenido sus altas y sus bajas. Convivir con la Nación más poderosa del planeta no ha sido fácil, aunque se han logrado importantes entendimientos, como el Tratado de Libre Comercio, que significó considerables beneficios para ambas naciones, juntas con Canadá. La afinidad entre los presidentes Carlos Salinas de Gortari y George H. W. Bush y un buen equipo de negociadores facilitaron la celebración del acuerdo comercial, que resultó mejor de lo esperado.
Pero así como hubo buenos momentos, ha habido otros que no quisiéramos repetir, como los que vivimos ahora. Si vivir al lado del poderoso es complicado, lo es aún más cuando su gobernante siente la necesidad de hacer sentir su poderío y, en la búsqueda de colocar a su país como primera y única gran potencia mundial, pretende someter bajo su dominio al resto de las naciones, sin olvidar a su vecino, supuestamente todavía socio comercial aunque degradado a la categoría de “adversario extranjero”, al nivel de Rusia, China e Irán.
Los temas que confrontan a los dos países son los mismos que históricamente han estado en las mesas de discusión: migración y tráfico de drogas. (El tema del comercio, no lo tocaremos por ahora). Desde que Donald Trump llegó por segunda ocasión a la Casa Blanca destacó, entre sus prioridades en la relación con México, la detención del flujo migratorio hacia los EUA y el combate a la introducción de drogas a su país, atribuyendo la responsabilidad de ambas tareas al gobierno mexicano.
En migración, el gobierno mexicano ha atendido los requerimientos del vecino al desplazar elementos de la Guardia Nacional en su frontera norte para frenar el paso de inmigrantes al otro lado del río Bravo, propósito que se ha logrado en buena medida.
Mucho han tenido que ver en esto las medidas draconianas dictadas por el gobierno estadounidense contra los migrantes: redadas, capturas, detenciones y deportaciones, la mayoría de las veces al margen de la ley, que han pegado en el ánimo y desalentado a quienes pretendían cruzar la frontera para trabajar en la Unión Americana. Se podría decir que, en esta materia, México ha cumplido.
Es en el tema del combate al tráfico de drogas donde, de acuerdo a las autoridades norteamericanas, incluido el propio presidente Trump, nuestro país ha quedado a deber. Y es que el antecedente de la política gubernamental de “abrazos y no balazos”, impuesta por el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, reafirmada con actitudes y declaraciones suyas de inaceptable consideración hacia ciertos capos de las drogas, no ayuda.
A lo largo de los casi seis años de gobierno de la 4T y ante el trato blando a los cárteles, es evidente que éstos expandieron sus zonas de influencia y control. Para el gobierno de Donald Trump, el combate a los cárteles de la droga es una prioridad. Ha propuesto a la presidenta ayudarla en la lucha contra el narcotráfico enviando tropas militares para acabar con los grupos criminales. Un planteamiento que ella ha rechazado. Una respuesta no del total agrado del neoyorquino.
El impredecible mandatario norteamericano no parece muy convencido de que el gobierno mexicano haga todo su esfuerzo en la tarea y ha enviado mensajes para presionar a la presidenta Sheinbaum a tomar decisiones que pudiera ser que ella no quiera para no comprometer la imagen de la 4T o porque su antecesor presiona para que no se altere la impunidad de ciertos personajes.
Los mensajes son claros. La presencia de tres barcos de la armada estadounidense en aguas internacionales, pero cerca de Ensenada, Baja California; los sobrevuelos de aeronaves militares espías a gran altura, pero en nuestro espacio aéreo, según CNN 18 incursiones entre enero y febrero; el establecimiento de bases militares en la frontera con México, ya son tres; la cancelación de visas a autoridades de alto nivel y, la más reciente, la sanción a tres instituciones financieras: CIBanco, Intercam y la Casa de Bolsa Vector por lavado de dinero. Esta última, en una jugada que da lugar a múltiples interpretaciones y que habrá que tomar con seriedad, porque pudiera ser el aviso de otras más agresivas.
Julio 3 de 2025
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