Agua para todos
Por Juan Carlos Valencia Vargas*
Facebook: JuanCarlosValenciaAGUA
Hace dos semanas escribí sobre las ondas de calor. En aquella ocasión estábamos en alerta por la tercera onda de este año, que se esperaba duraría hasta el 9 de junio, pero ya estamos a 17 y sigue el calor extremo.
Una onda de calor se define como un periodo de temperaturas inusualmente altas, por encima de los valores normales para la época del año y la región en particular.
Para que se considere una onda de calor, estas altas temperaturas deben mantenerse, al menos, durante cinco días consecutivos, tiempo en que el calor se puede volver sofocante y resultar altamente peligroso para la salud de las personas, especialmente para los grupos más vulnerables, como los niños, los ancianos y aquellos con enfermedades crónicas.
En México, las ondas de calor son un evento climático recurrente que se caracteriza por un periodo prolongado de temperaturas extremadamente altas. Durante este fenómeno se pueden experimentar temperaturas por encima de los 40 grados Celsius. La onda de calor puede durar varios días, o incluso semanas, como el caso de la actual, y puede tener impactos muy significativos en la salud de las personas pero también en el medio ambiente, en la seguridad alimentaria y en la productividad de las empresas.
Las ondas de calor en México pueden tener diversas causas; mencionaré tres de ellas:
1.- Las altas presiones atmosféricas. Cuando se establecen áreas de alta presión sobre una región, el aire se vuelve más estable y seco, lo que conduce a temperaturas más altas.
2.- La influencia anticiclónica del Pacífico. Este es un fenómeno climático que afecta la región occidental de México. Durante su influencia no se dan las condiciones propicias para las lluvias y eso puede generar condiciones de altas temperaturas y sequedad en el aire.
3.- Los cambios en los patrones climáticos. Los fenómenos de El Niño o La Niña influyen en la frecuencia e intensidad de las ondas de calor en México. Todo esto se ha combinado para que vivamos este periodo de calor tan extremo.
Pero más allá de la incomodidad que genera para todos, una onda de calor puede tener graves consecuencias para la salud de las personas.
Las altas temperaturas pueden causar deshidratación, insolación, agotamiento por calor y golpes de calor. Además, las personas con enfermedades crónicas, como enfermedades cardíacas o respiratorias, pueden experimentar empeoramiento de sus condiciones debido al estrés térmico.
Los grupos más vulnerables, como niños, ancianos y personas de bajos recursos, son especialmente susceptibles a los efectos negativos de la onda de calor. Es importante tomar precauciones adicionales para proteger su salud durante estos periodos, como mantenerse hidratado, buscar lugares frescos y evitar la exposición prolongada al sol.
Las ondas de calor también tienen impactos significativos en el medio ambiente. Las altas temperaturas afectan negativamente la disponibilidad de agua y aumentan el riesgo de incendios forestales, lo que pone en peligro los ecosistemas naturales y la biodiversidad.
También tienen repercusiones en la seguridad alimentaria. Las industrias agrícola y ganadera son de las más afectadas por las ondas de calor en México. Las altas temperaturas y la falta de lluvia pueden provocar sequías y reducir la disponibilidad de agua para el riego de cultivos y el ganado, lo que puede resultar en pérdidas significativas en la producción de alimentos, afectando tanto a los agricultores como a los consumidores.
Además, las altas temperaturas pueden alterar los ciclos de crecimiento de las plantas y reducir la calidad y cantidad de los cultivos. Los productos agrícolas, como frutas y verduras, pueden verse afectados por un menor rendimiento y una menor vida útil, lo que impacta los precios y la disponibilidad de estos alimentos.
En la próxima columna comentaremos los impactos en los sectores energético y manufacturero, el turismo, el transporte y la logística.
*Profesor, consultor y director general de AQUATOR
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