¡Qué hay de nuevo… Viejo!
Por Araceli Mendoza
@Arinmaldoza
Las abuelas siempre nos sorprendían con refranes gloriosos. De verdad, ¡cuánto se aprende de las abuelas, aunque a veces sus dichos ya no son tan conocidos y los jóvenes dirán que están fuera de época o de moda, pero en realidad son a veces tan atinados porque tienen gran dosis de verdad!
Recordamos los dichos de "...no sudes calenturas ajenas..."; "Quieres ser ajonjolí de todos los moles..."; "Una raya más al tigre, no se le nota...";
"¿Quién llamo al nevero?", "¡Ay, jarrito nuevo ¿dónde te pondré?"... para llamar la atención a quienes se deslumbran por lo novedoso.
"No le estés dando vuelta al malacate, porque se te enredan las pitas", "Tanta culpa tiene el que mata la vaca, como el que le jala la pata...".
Esos y muchos más refranes o dichos mexicanos se aplicaban a las personas, en especial en situaciones comprometidas.
Después del Día de la madre, me encuentro que debo aplicar muchos refranes a la 4T, empezando por el de “farol de la calle, oscuridad de su casa”.
La abuela siempre decía "no te metas en las patas de los caballos" para darnos a entender que poco o nada debía importarnos lo del vecino; deja que cada uno resuelva sus propios conflictos o problemas...
- Pero ¡abuela!, les puede pasar algo feo.
- ¡A ver! Ese problema lo tienen desde hace 60 años o más; su papá sabrá como arreglarlo...
Cuántas veces, por querer ayudar, sales como el “cohetero”... y, por metiche, hasta se enoja contigo la persona a la que querías ayudar.
Por sentirse el Libertador de América, el presidente López Obrador humilló y pisoteó a muchos mexicanos en su dignidad profesional, quienes salvaron a muchas personas durante la pandemia y la pésima estrategia con la que se pretendió enfrentar.
Estos héroes anónimos estuvieron en primera línea en los momentos más difíciles de la pandemia de COVID-19, a pesar de carecer de equipos de protección personal, insumos, medicamentos, equipo médico, instrumental y hasta hospitales. Sus rostros, marcados por las herramientas que usaban para protegerse. Muchos fallecieron en su afán por salvar a otros.
Los valientes médicos mexicanos se llevan la experiencia, la cuál tiene una gran valía, ya que en su vida profesional jamás olvidarán todo el avance que hubo en la medicina para salvar la vida de muchos mexicanos.
Algo que jamás tienen las universidades es la experiencia viva, pero cómo olvidar a estos héroes, trabajando sin lo necesario, comprando de su bolsa los cubrebocas, las caretas, guantes, ropa de quirófano, porque la Secretaría de Salud se hizo de la vista gorda y no quiso desembolsar nada para los profesionales de la salud. Como si el dinero fuera de ellos.
En la historia médica quedará asentado el precedente de lo que estos hombres y mujeres hicieron durante la pandemia.
Ahora usted, señor presidente, quiere sustituir a los médicos mexicanos por cubanos, de quienes desconocemos sus créditos académicos y su certificación para ejercer en México.
¡Caray, presidente, dice que no son iguales que los anteriores. Son idénticos! Lo mismo hizo Luis Echeverría Álvarez cuando trajo chilenos a México después del golpe de estado de Salvador Allende, quienes desplazaron a personal de aduanas, del Complejo Industrial Sahagún, de la Secretaría de Patrimonio, por citar sólo a algunas dependencias gubernamentales o paraestatales, dónde fueron ingresados de inmediato a la nómina con sueldos muy por encima de los que percibían los trabajadores mexicanos.
Esto es traición al "pueblo bueno". Hacer a un lado a los profesionales mexicanos; infiltrar Misiones Médicas Cubanas es promover la trata de personas por parte de un gobierno dictatorial. Hay un consenso internacional en este sentido.
Señor presidente: ¡¿cómo puede decir que en México no hay los médicos que necesita el país, y el secretario de Salud, Jorge Carlos Alcocer Varela, con rodilleras, sin defender a los galenos.
Sí, los médicos mexicanos tienen miedo de ir a las comunidades donde están los sanguinarios carteles, donde hemos visto que matan a infantes o a toda la familia, esos que usted defiende como seres humanos, calidad de la cual carecen en absoluto.
Pero, claro, como Miguel Díaz-Canel, no aceptó los programas Sembrando Vida o jóvenes con futuro, manda a los médicos para que México le dé dinero, como ya lo hizo anteriormente. Todo el mundo sabe que así se financia el régimen cubano.
En 2020 mandaron a 800 médicos Cubanos para "apoyar" en la lucha contra la COVID-19, con el resultado de que no tenían la capacitación necesaria ni eran los médicos y enfermeras para atender a pacientes con COVID-19. La mayoría eran médicos y enfermeras generales, sin ninguna especialidad o destreza especial.
Ahora, si a los mexicanos les cuesta trabajo entender las instrucciones médicas dadas por el médico nacional, ¿cómo le harán los cubanos para darse a entender por el “pueblo bueno”.
¿Qué refrán aplica?
quehaydenuevoviejo760@yahoo.com.mx
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