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Respetado o despreciado



Por Mayra Núñez P.


El 15 de septiembre se celebra el nacimiento de Don Porfirio Díaz, gran personaje mexicano, importante y controvertido.

El 20 de agosto de 2019, estando en París, decidimos ir al cementerio Montparnasse, donde se encuentra la tumba de este gran mexicano, muy querido por unos y despreciado por otros.

Para llegar, tomamos el metro Montparnasse Bienvenue; luego caminamos hacia el Boulevard Edgar Quinete y, ya dentro del cementerio, nos dirigimos a la División 15 y buscamos la cripta con un águila mexicana, que es lo que primero se ve. Muchos pensamos que habría un mausoleo elegantísimo, como a él le gustaba vivir, pero no, se trata de una pequeña capilla con el águila en la parte superior. Pudimos apreciar, a través de la puerta de cristal, una bandera de México, varias imágenes de la Virgen de Guadalupe, una placa en la que se lee “Porfirio Díaz el pueblo te admira”, una veladora y flores frescas por afuera, por lo que se ve que todavía hay personas que siguen admirando al General Díaz.

El General Porfirio Díaz y su esposa Carmen Romero Rubio nunca pensaron que el 31 de mayo de 1911 seria la última vez que pisarían suelo mexicano. La pareja abordó el barco de carga alemán “Ypiringa”, en el puerto de Veracruz, rumbo a Europa. A su exilio en Francia, en París, un país y una ciudad que apreciaban mucho.

Carmelita que era una mujer muy refinada y con elevada educación; hablaba perfectos inglés y francés, ya que fue educada en una de las mejores escuelas de los Estados Unidos.

A diferencia de su vida llena de lujos en México, los años en París fueron modestos. Vivían en un pequeño departamento ubicado en la Avenida del Bosque, hoy Avenida Foch.

Se alejaron de los lujos, pues solamente se mantenían de las ganancias generadas por sus acciones bancarias.

Su sueldo como militar con el rango de general, lo donó para los alumnos distinguidos del Colegio Militar en México.

Cuando todavía pudo viajar, Don Porfirio Díaz visito diferentes países, donde siempre fue muy bien recibido y reconocidos los grandes avances alcanzados durante su mandato.

En esos países reconocían al mexicano que construyó a México después de la revolución; al que construyó el mejor y más grande hospital de enfermos mentales en América de esa época: "La Castañeda"; al que creó la ahora Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); a quien se ocupó de crear programas de alfabetización; la construcción de la cárcel de Lecumberri; al que construyó un país habitable para los mexicanos, con calles pavimentadas, transporte público accesible para los pobladores, inició la construcción del Palacio de Bellas Artes y puso a México en el camino del progreso y de la revolución industrial.

La historia nos cuenta que el General Díaz logró la pacificación del país y un gran progreso en lo económico, social y cultural, pero a costa de sangre y fuego. El resultado, al final de su mandato, fue una enorme diferencia entre ricos y pobres.

Al paso del tiempo, por la edad y el desgaste físico, ya solamente podía salir a dar pequeños paseos por los Campos Elíseos o quedarse en su habitación a observar con melancolía el atardecer y a soñar en poder regresar a vivir a su natal Oaxaca.

La soledad lo afectó. Padecía alucinaciones y perdía la noción del tiempo, hasta que falleció por causas naturales.

Fue sepultado en la iglesia de Saint Honoré d'Eylau, ya que su esposa pensaba traer sus restos a México, pero como el gobierno mexicano no se lo permitió, en 1921 fue llevado al cementerio de Montparnasse, en París, donde reposa junto a personajes como Julio Cortázar, Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre, entre otros.

Muchos visitantes acuden al cementerio Montparnasse para ver la tumba más mexicana en París y le dejan flores, banderas de México y cartas escritas en español.

Profa. Mayra Nuñez P.

YouTube: Mayra Gallery Art

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