Validar la elección judicial, un mal presagio
- migueldealba5
- hace 2 días
- 4 Min. de lectura

TEMAS CENTRALES
Por Miguel Tirado Rasso
La afirmación de que en
el proceso electoral judicial
ya se conocían los resultados
y sólo faltaba la elección,
no estaba tan errada.
Después del informe preliminar sobre las elecciones en México del Poder Judicial, emitido por la Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) que tanto molestó a la jefa del Ejecutivo, Claudia Sheinbaum, quien además de descalificar el trabajo de los observadores, a quienes acusó de rebasar su mandato e incurrir “en acciones contrarias a los principios de la Carta de la Organización”, habría expresado a través de una nota diplomática al secretario general de la OEA, Albert Randín, su firme rechazo a las recomendaciones contenidas en el documento, la calma volvió a los terrenos de la 4T y el proceso electoral judicial continuó su irrefrenable paso hacia su fase casi final: la emisión de las constancias de mayoría a los candidatos que obtuvieron el mayor número de votos.
De las sugerencias y recomendaciones formuladas por la Misión de Observación, haga de cuenta que no hubieran existido. No hay que olvidar que la Misión de la OEA vino como observadora de la elección a invitación de las autoridades electorales mexicanas, como han hecho en prácticamente todos los procesos electorales que se celebran en México.
Y, como nunca antes había sucedido, al menos desde la creación del Instituto Federal Electoral (IFE) y su sucesor el Instituto Nacional Electoral (INE), por primera vez su informe, lejos de contener un reconocimiento a las autoridades por la participación ciudadana, la transparencia y la pulcritud de la jornada electoral, ante tantas anomalías detectadas se formularon algunas recomendaciones para “corregir las deficiencias actuales y garantizar la sostenibilidad de las soluciones adoptadas”, lo que no gustó nadita y motivó el tajante rechazo por parte de la Presidencia de la República, en particular cuando la Misión desaconsejó a otros países de la región replicar este modelo de selección de jueces.
En fin, pasado el trago amargo del polémico informe de la OEA, el 15 de junio, en sesión extraordinaria, el INE declaró la validez de la elección en una cerrada votación de seis votos a favor sobre cinco en contra. Interesante resultado, en el que quedó muy claro que la objetividad, transparencia e imparcialidad del Instituto, que en otros tiempos mereció felicitaciones y sirvió de ejemplo a nivel internacional, ahora, para el Instituto de la Cuarta Transformación, esas cualidades resultan prescindibles.
Y es que Guadalupe Taddei, presidente del INE, particularmente celosa en cuidar el prestigio del organismo que encabeza, entre aplicar la ley y reconocer la serie de irregularidades que marcaron la jornada electoral, lo que merecería no declarar la validez de la elección, optó por no manchar el trabajo de miles de empleados del organismo, según su propia afirmación, y ser tolerante en extremo y subestimar la gravedad de las anomalías detectadas.
La presidente Taddei, inclusive, recriminó a sus compañeros consejeros que pedían dejar pendiente la resolución sobre la validez de la elección y que fuera el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) el que emitiera el fallo final. “Proponer a este Consejo (no dar la validez), les habría reprochado, lo digo con todo respeto, es incorrecto a todas luces“.
Como en los viejos tiempos, en la elección judicial resurgieron las prácticas fraudulentas que prácticamente habían desaparecido de nuestro folklore electoral, como urnas embarazadas, casillas zapato, coacción del voto, entre otras, con la innovación del reparto de acordeones. Esta práctica resultó la más efectiva para inducir el voto en favor de los candidatos previamente seleccionados por Morena. La afirmación de que en este proceso ya se conocían los resultados y sólo faltaba la elección, no estaba tan errada.
En el caso de la elección para los cargos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), del Tribunal de Disciplina Judicial y de la Sala Superior del TEPJF, los resultados coinciden en 80 por ciento con la votación guiada en los acordeones detectados por el INE, según señaló el consejero Arturo Castillo.
Para los ganadores de las cinco Salas Regionales del TEPJF, la coincidencia es del 85 por ciento con las llamadas “guías de votación” (acordeones) repartidas. Otras anomalías documentadas por la autoridad recuerdan viejas prácticas, comunes en elecciones del siglo pasado: boletas planchadas, robo de paquetes electorales, votación igual o superior al 100 por ciento de la lista nominal, votación en tiempo récord, boletas con la misma caligrafía, etc.
La consejera Dania Ravel votó en contra, porque validar la elección, advirtió, se entendería como un mensaje de que las elecciones pueden ser válidas y sin consecuencias a pesar de las irregularidades, lo que puede propiciar que estas conductas se repitan y multipliquen en futuras elecciones.
A pesar de las evidentes irregularidades, la mayoría de los consejeros prefirió declarar válida la elección y evitarse problemas con el Poder Ejecutivo, aunque el mensaje —ciertamente preocupante— de la consejera Ravel pueda hacerse realidad en un siniestro futuro para el sistema electoral.
Junio 19 de 2025
Comments