top of page

Y sigue la mata dando...


ree

TEMAS CENTRALES

 

Por Miguel Tirado Rasso

 

El presidente norteamericano

tiene en la cabeza la idea

de que en México existe

una intolerable alianza

entre el gobierno y el narco,

y lo manifiesta públicamente.

 

Sigue la mata dando. El poderoso vecino del norte continúa con sus periódicas acometidas en contra de su otrora amigo y principal socio comercial. Casi como una especie de terapia, de cuando en cuando Donald Trump voltea al sur para practicar su juego favorito: el de los aranceles.

Sabedor de que nuestro gobierno no le saldrá respondón porque mantiene la cabeza fría, de buenas a primeras se le ocurre que México no ha hecho todo el esfuerzo que él considera necesario para impedir que los cárteles introduzcan drogas a su país y decide amenazar con un nuevo arancel.

Treinta por ciento a todas las importaciones procedentes de México, a partir del uno de agosto, es el nuevo arancel mencionado en la carta dirigida a la presidenta Claudia Sheinbaum la semana pasada; sin especificar, muy a su estilo, si exenta a los productos comprendidos en el T-MEC, aclara que es separado de todos los aranceles sectoriales.

Si bien en su misiva reconoce que México ha ayudado a asegurar la frontera, reclama que no ha sido suficiente y acusa al país de no haber detenido “todavía, a los cárteles que tratan de convertir a toda América del Norte en un patio de recreo del narcotráfico”. Y eso, señala, no lo puede permitir.

Trump concluye su carta con dos párrafos poco amigables, en tratándose de vecinos y socios. Por una parte, con la amenaza de aplicar represalias comerciales en caso de que México decida reaccionar imponiendo tarifas. Y con un comentario

que plantea un futuro incierto en la relación bilateral. Afirma que el flujo del fentanilo no es el único desafío que tiene con México. Este país, señala, tiene muchas políticas arancelarias y barreras comerciales que causan déficits comerciales insostenibles contra los Estados Unidos. Y precisa que el déficit comercial es una gran amenaza para su economía y, desde luego, para su ¡seguridad nacional! Así, con signos de admiración. Tal parece que siempre habrá nuevas sorpresas desagradables de parte del presidente estadounidense.

Por lo pronto, sus mensajes se han enfocado al tema del combate al narcotráfico. La cancelación de visas a personajes de la vida pública han sido de manera selectiva y sin mayor explicación, al menos no públicamente, pero bajo la sospecha de estar relacionados con el tema.

La sanción a tres instituciones financieras en México: CIBanco, Intercam y Casa de Bolsa Vector, acusadas de lavado de dinero de cárteles del narcotráfico, parecieran avisos de otras acciones por venir, más severas y con mayor impacto en la economía y/o en la política nacional, si no se atienden sus reclamos.

¿Qué espera el mandatario norteamericano de su vecino en la lucha contra el narcotráfico? A poco más de un mes de asumir el cargo, México envió 29 capos criminales, no como extradición, obviando trámites e incurriendo, inclusive, en posibles violaciones a las leyes. Expulsiones por motivos de seguridad nacional, fue la explicación oficial.

La celeridad de este operativo respondía a la necesidad de frenar la imposición de aranceles a productos mexicanos con la que había amenazado Donald Trump, alegando inacción de México en el combate a las drogas. Comenzaba, entonces, la historia de presiones arancelarias norteamericanas como arma de negociación, que se mantiene hasta la fecha, según se puede ver.

El presidente norteamericano tiene en la cabeza la idea de que en México existe una intolerable alianza entre el gobierno y el narco, y lo ha manifestado públicamente. El envío de narcotraficantes ya no le interesa tanto. A fin de cuentas, en su país están bajo juicio varios líderes de los cárteles más poderosos, a quienes están exprimiendo toda la información sobre las operaciones del narco en México y sus relaciones de complicidad con las autoridades.

Partiendo de su premisa de la alianza intolerable, ahora lo que le interesa es que le entreguen a personajes involucrados en el tráfico de drogas, pero no del lado de los grupos criminales sino de los de enfrente, de quienes aprovechando sus cargos públicos, sus posiciones de poder, han protegido y tolerado esa actividad.

Mientras el gobierno no acceda a quitar el manto protector a ciertos políticos involucrados en el narco y los someta a juicio, ya no digamos que los extradite a los Estados Unidos, las presiones del norte seguirán en aumento, ya sea por la vía de la imposición de aranceles u otras más agresivas.

Julio 17 de 2025

Comentarios


bottom of page