Agua para todos
Por Juan Carlos Valencia
Facebook: JuanCarlosValenciaAGUA
Muchas cosas han ocurrido en los últimos días y cada una amerita un análisis muy profundo, pero quiero hacer un breve recuento para ilustrar un poco la turbulencia que hoy se vive en el sector:
Primero, esta semana entró en vigor la nueva norma NOM-127-SSA1-2021, que regula los parámetros que debe cumplir el agua para uso y consumo humano (el agua potable), una norma que pasó de regular 42 a poco más de 100 parámetros, lo que representa un enorme reto para los muy deteriorados sistemas de agua potable del país.
Segundo, hace unas semanas entró en vigor la nueva norma NOM-001-SEMARNAT-2021, que regula las descargas de aguas residuales a los ríos, lagos y demás cuerpos receptores de propiedad nacional, esta norma incluye ahora parámetros más estrictos y la obligación de eliminar color y toxicidad en las descargas, entre otras cosas.
Tercero, se anunció una iniciativa que incluía la desaparición del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) y del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) entre otras instituciones, para ser incorporadas a la Conagua y a la Semarnat, iniciativa que volvió a recibir fuertes críticas como las de 2021, cuando se presentó por primera vez y que, afortunadamente, no pasó en este recién concluido y muy accidentado periodo legislativo.
Cuarto, la Comisión Nacional del Agua fue hackeada y eso tiene a la institución, que ya de por sí arrastra un rezago impresionante en miles de trámites, detenida en todas sus actividades en línea hasta el 7 de mayo próximo cuando, se ha anunciado, reanudarán sus sistemas informáticos. Muchas suspicacias se han generado con este tema, sobre todo porque se le vincula con el incendio que hace un par de años “desapareció” información en resguardo de la Conagua en su edificio central.
Quinto, la sequía amenaza buena parte del territorio nacional. Monterrey sigue en alto riesgo de que vuelva a pasar lo que hace un año por ejemplo, pero preocupa especialmente lo que ocurre en el Valle de México, donde las presas que abastecen de agua a la zona metropolitana de la CDMX tienen un nivel 25 por ciento inferior al promedio, lo que ha obligado a racionar el agua y disminuir esa proporción, pero también ha obligado a explotar más los pozos para tratar de compensar en lo posible esa disminución, lo que sobreexplota aún más el ya muy deteriorado acuífero del Valle de México.
Sexto, la sociedad busca espacios de representación y los encuentra en nuevas organizaciones como la Asociación Mexicana de Ingeniería y Ciencias del Agua (AMINCA), cuyo presidente, Guillermo Leal, firmó un convenio de cooperación con Raúl Rodríguez, presidente del Consejo Consultivo del Agua (CCA), para conjuntar recursos y acciones para proponer soluciones a los retos más urgentes del sector agua.
Y séptimo, esta semana se presentó ante el pleno del Senado de la República una iniciativa con proyecto de Ley General de Aguas que abrogaría la Ley de Aguas Nacionales, misma que ya fue turnada a las comisiones unidas de Recursos Hidráulicos y de Estudios Legislativos. Al respecto, la Comisión de Recursos Hidráulicos aprobó un procedimiento y un calendario de actividades, aunque aclaró que este procedimiento no cancela la posibilidad de realizar un parlamento abierto para el análisis y discusión del tema.
El procedimiento considera que, una vez publicada la iniciativa, en mayo y junio se recibirían documentos, comentarios y propuestas; en julio se haría el estudio y análisis de las propuestas recibidas; en agosto, el dictamen, y en septiembre, la reunión ordinaria de la Comisión. Veremos qué resulta, pero esa iniciativa del Senado tiene muchos elementos de inconstitucionalidad que ya se han señalados antes.
Mucha turbulencia en el sector agua en México. Tiempo de retos. Tiempo de oportunidades.
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