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COP30: acuerdos tensos, avances parciales tareas pendientes


COP30 / © UNFCCC Flicker
COP30 / © UNFCCC Flicker

Redacción


La COP30 en Brasil acordó "iniciativas limitadas para fortalecer los planes de reducción de emisiones y triplicar el financiamiento para la adaptación, pero se quedó corta en la transición global hacia el abandono de los combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón).

Además del "paquete político de Belém" final, la presidencia brasileña ofreció de último momento crear "hojas de ruta" para la transición hacia el abandono de los combustibles fósiles y la protección de los bosques, como una solución de compromiso, después de que algunas naciones manifestaron su decepción por no haber llegado a un acuerdo formal por la fuerte resistencia de los grandes productores de combustibles fósiles liderados por Arabia Saudita.

Tras la aprobación del acuerdo, el presidente brasileño de la COP30, André Correa do Lago, reconoció que las conversaciones habían sido difíciles.

Varios países, entre ellos Colombia, Panamá y Uruguay, se habían opuesto a que la cumbre concluyera sin planes más contundentes para controlar los gases de efecto invernadero o abordar el problema de los combustibles fósiles.

Gran parte de los informes a lo largo del fin de semana se centraron en cómo el borrador del acuerdo final había eliminado cualquier mención directa de una eliminación gradual de los combustibles fósiles.

La reunión se prolongó debido a que "grupos de países liderados por la Unión Europea y Arabia Saudita se enfrentaron sobre el tema central de abandonar los combustibles fósiles".

La Cumbre Climática de la ONU (COP30) cerró con un día de retraso, múltiples tensiones y un paquete final de acuerdos bautizado como mutirão global —“esfuerzos colectivos”—, una apuesta de la presidencia brasileña para recomponer las fracturas entre países sobre financiamiento, comercio, adaptación y el cumplimiento del límite de 1,5°C.

El documento incluyó un plan voluntario para acelerar la reducción del uso de combustibles fósiles, un objetivo para triplicar el financiamiento de adaptación, nuevos espacios para debatir medidas comerciales unilaterales y un mecanismo para impulsar una transición justa, pero dejó fuera las ansiadas hojas de ruta para abandonar los combustibles fósiles y detener la deforestación, que varios países y organizaciones exigían como señal clara de implementación.


André Correa do Lago / © UNFCCC Flicker
André Correa do Lago / © UNFCCC Flicker

Cumbre de expectativas altas y realidades divididas

Brasil llegó a la COP30 decidido a mostrar músculo diplomático. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva había prometido desde 2022 —en Egipto— una “COP de la Amazonia” enfocada en revertir la deforestación, y el diplomático André Corrêa do Lago asumió la Presidencia con la misión de tender puentes, pero la agenda nacional complicó el cuadro: Lula firmó semanas antes de la cumbre el polémico “proyecto de ley de devastación”, según ambientalistas, y aprobó nuevas perforaciones petroleras en la desembocadura del Amazonas.

En una señal inusual, el segmento de alto nivel —la reunión de jefes de Estado— se realizó antes de la apertura formal de la COP para permitir más tiempo de negociación. Aun así, la ausencia de China, Estados Unidos e India —los mayores emisores globales— marcó el tono político. Lula aprovechó su discurso para insistir en “hojas de ruta” que permitan abandonar los combustibles fósiles y frenar la pérdida de bosques.

Corrêa do Lago dividió el trabajo en cuatro temas críticos: medidas comerciales, financiamiento climático, ambición para 1,5°C y transparencia. Y adelantó que el resultado podría llegar en dos “paquetes”: uno político y otro estrictamente negociado.


António Guterres / © UNFCCC Flicker
António Guterres / © UNFCCC Flicker

El mutirão global: avances, omisiones y el enojo de 82 países

El mutirão se convirtió en el texto central de la COP30. Su primer borrador puso sobre la mesa opciones para triplicar el financiamiento de adaptación, abrir una hoja de ruta para abandonar los fósiles o dejar el tema sin texto. La reacción fue inmediata: 82 países exigieron una posición firme hacia una transición energética real.

La segunda versión eliminó cualquier referencia a la hoja de ruta fósil, lo que aumentó la presión de gobiernos y activistas. La versión final —aprobada un día después del cierre previsto— pidió triplicar el financiamiento de adaptación sin especificar año base y lanzó dos iniciativas voluntarias: el Acelerador Global de Implementación (GIA) y la Misión de Belém para 1,5°C.

Sin embargo, el texto evitó cualquier mención directa a los combustibles fósiles. “Una oportunidad perdida”, resumió la Unión Europea.

Corrêa do Lago reconoció el descontento y anunció que Brasil elaborará, fuera del proceso formal de la ONU, dos hojas de ruta sobre combustibles fósiles y deforestación para presentarlas en 2026 durante la COP31 en Turquía.


Aspectos COP30 / © UNFCCC Flicker
Aspectos COP30 / © UNFCCC Flicker

La “COP de la adaptación”, con resultados diluidos

La Presidencia apostó fuerte a la adaptación. Se esperaba acordar un conjunto robusto de indicadores para evaluar el avance del Objetivo Global de Adaptación (GGA), pero al final se redujo significativamente.

El llamado central del mutirão —triplicar el financiamiento de adaptación hacia 2035— también llegó debilitado. Una primera propuesta, apoyada por PMA, AOSIS, África y el Grupo Sur, buscaba elevar los fondos a 120 mil millones de dólares para 2030. La Unión Europea y el Grupo de Integridad Ambiental bloquearon el objetivo.

En paralelo, el Fondo de Adaptación volvió a quedarse corto de su meta anual de 300 millones de dólares, pese a nuevos compromisos.

1,5°C: reconocimiento del rebase y ambición insuficiente

Por primera vez, un texto de la COP reconoció explícitamente que el mundo podría rebasar temporalmente el límite de 1,5°C, aunque pidió limitar tanto la magnitud como la duración del rebase.

Pero la decisión careció de un proceso concreto para “mantener vivo” el objetivo, como demandaban la Unión Europea y varios países vulnerables. Tampoco mencionó a los combustibles fósiles como causa directa del calentamiento global.

Expertos como WWF calificaron el resultado como “el mínimo común denominador”.

Financiamiento climático: discusiones inconclusas

Aunque no era prioridad, el financiamiento condicionó múltiples discusiones. El mutirão lanzó un nuevo programa de trabajo sobre financiamiento y “tomó nota” de la Hoja de Ruta Bakú-Belém, cuyo objetivo es movilizar 1,3 billones de dólares anuales, en su mayoría provenientes del sector privado.

Para varios países en desarrollo, la hoja de ruta quedó lejos de responder a la urgencia del momento.

Comercio y clima: por primera vez en una decisión

Las medidas comerciales unilaterales (MTU) hicieron su debut formal en un texto oficial de la COP. El mutirão creó tres diálogos anuales —2026 a 2028— para abordar tensiones entre comercio y políticas climáticas, y reafirmó que las acciones unilaterales no deben ser arbitrarias ni discriminatorias.


Pueblos originarios y sociedad civil / © UNFCCC Flicker
Pueblos originarios y sociedad civil / © UNFCCC Flicker

Ciencia: retroceso para el IPCC

El texto de investigación y observación sistemática decepcionó a científicos y delegaciones. No respaldó explícitamente al IPCC como la mejor ciencia disponible, ni pidió combatir la desinformación climática. Tampoco incorporó los hallazgos recientes del estado del clima.

Transición justa: la sociedad civil logra un mecanismo global

Una de las pocas victorias celebradas fue la creación de un mecanismo para la transición justa, inspirado en la propuesta del “Mecanismo de Acción de Belém”. Organizaciones sociales consideraron el resultado como una conquista clave, aunque sin menciones a minerales críticos ni a los combustibles fósiles, puntos bloqueados por China.

Pérdidas y daños: lentitud desesperante

El Fondo de Pérdidas y Daños, creado en 2023, sigue lejos de despegar: de los 790 millones prometidos, sólo se han recibido 397 millones. Las discusiones en Belém avanzaron en temas técnicos, pero sin resolver la brecha financiera. La primera ronda de desembolsos será de 250 millones de dólares.

Seguridad alimentaria y agua: compromisos dispersos

Aunque Brasil es anfitrión este año de la cumbre agroindustrial, la COP30 no logró un acuerdo significativo en agricultura. Hubo una Declaración de Belém sobre hambre y pobreza firmada por 43 países y la UE, una iniciativa global contra el desperdicio de alimentos y el lanzamiento del programa RAIZ para restaurar tierras agrícolas degradadas.

En materia de océanos, seis países más se sumaron al compromiso de NDC azules.

Deforestación: nace el TFFF, pero sin hoja de ruta

El gran anuncio forestal fue el Mecanismo Bosques Tropicales Para Siempre (TFFF), diseñado para remunerar a países por mantener sus bosques. Busca movilizar 25 mil millones de dólares en recursos públicos y filantrópicos, más 100 mil millones del sector privado. Durante su lanzamiento recibió 5,500 millones.

Sin embargo, 150 organizaciones indígenas y de sociedad civil rechazaron el mecanismo, acusándolo de no atacar las causas estructurales de la deforestación y de no priorizar adecuadamente a comunidades locales.

La hoja de ruta para frenar la deforestación quedó fuera del texto final, aunque Brasil prometió desarrollarla de forma paralela al proceso de la ONU.


Volvieron las manifestaciones en la COP 30 / © UNFCCC Flicker
Volvieron las manifestaciones en la COP 30 / © UNFCCC Flicker

China: presencia ambigua, tensiones abiertas

Ante la ausencia de EE.UU., algunos esperaban un mayor liderazgo de China. Pekín rechazó esa expectativa y mantuvo posiciones duras: evitó comprometer recursos al TFFF, bloqueó referencias a minerales críticos y presionó para evitar énfasis en 1,5°C. Tampoco apoyó propuestas de hoja de ruta fósil.

Protestas y retorno de la sociedad civil

Belém vivió la mayor movilización en una COP desde Glasgow: 70 mil personas marcharon por la justicia climática, acompañadas de integrantes de comunidades indígenas que llegaron por el río Amazonas para participar en la “cumbre de los pueblos”, que reunió a 20 mil participantes.

El camino a Turquía y Etiopía

La COP30 acordó que la próxima cumbre climática será en Antalya, Turquía, bajo presidencia australiana. La COP32, en 2027, se celebrará en Addis Abeba, marcando la primera vez que un país menos desarrollado organiza el proceso.

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