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Las olas de calor ponen en grave riesgo a los adultos mayores: ONU


El peso del tiempo / © UNEP
El peso del tiempo / © UNEP

Mientras el calor extremo azota a muchos países y se convierte en la nueva normalidad, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) advierte sobre el aumento de los riesgos para la salud de las personas mayores en el Informe Fronteras 2025, publicado el 10 de julio de 2025.

Otros impactos destacados del cambio climático incluyen el derretimiento de los glaciares, que reactiva patógenos antiguos, y las inundaciones, que pueden liberar sustancias químicas peligrosas.

La séptima edición del Informe Fronteras, El Peso del Tiempo: Enfrentando una nueva era de desafíos para las personas y los ecosistemas, es parte de la iniciativa Trayectoria de Prospectiva del PNUMA y destaca los problemas ambientales emergentes y sus posibles soluciones.

La primera edición, en 2016, advirtió sobre el creciente riesgo de enfermedades zoonóticas, cuatro años antes de la pandemia de COVID-19.

El nuevo informe se publica mientras comunidades de China, Japón, India, Europa, Estados Unidos y otros lugares se enfrentan a semanas de calor extremo e inundaciones.

“Las olas de calor se encuentran entre los impactos más frecuentes y mortales del cambio climático, junto con las inundaciones y la reducción de la capa de hielo”, declaró Inger Andersen, directora Ejecutiva del PNUMA.

“Debemos estar preparados para los riesgos que estos impactos suponen, especialmente para los más vulnerables de la sociedad, incluidas las personas mayores. Sin embargo, como demuestra el Informe Fronteras de este año, existen soluciones que pueden ayudar a proteger a las comunidades y restaurar ecosistemas que se creían perdidos desde hace mucho tiempo”.

Los adultos mayores de 65 años son ahora una proporción cada vez mayor de la población mundial, especialmente en las zonas urbanas de los países de ingresos bajos y medios.

El informe señala que las muertes anuales relacionadas con el calor entre las personas mayores han aumentado aproximadamente 85 por ciento desde la década de 1990. El deterioro de la calidad del aire y las inundaciones en las ciudades costeras bajas donde viven las personas mayores suponen riesgos adicionales.

Las personas mayores, especialmente aquellas con enfermedades crónicas, movilidad limitada o fragilidad, son particularmente vulnerables a los problemas de salud relacionados con el calor, incluidas las enfermedades respiratorias, cardiovasculares y metabólicas, así como a una mayor mortalidad.

El informe recomienda crear ciudades libres de contaminación, resilientes y accesibles con abundante vegetación. Las estrategias clave incluyen una mejor planificación urbana, la gestión comunitaria del riesgo de desastres y un mejor acceso a la información climática para las personas mayores.

A principios de 2025, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU adoptó una nueva resolución para desarrollar un “instrumento internacional jurídicamente vinculante sobre los derechos humanos de las personas mayores”, un posible camino para aumentar la seguridad de quienes están más expuestos al cambio climático.

 

Microbios zombis

Además de los riesgos para las personas mayores, el informe advierte sobre el despertar de microbios antiguos. Si las temperaturas globales suben más de 2 °C con respecto a los niveles preindustriales, se reduciría significativamente la masa de la criosfera, que incluye glaciares, nieve estacional, capas y plataformas de hielo, hielo marino, suelo congelado estacionalmente y permafrost. Las regiones criosféricas albergan a 670 millones de personas, además de miles de millones más que viven en zonas con agua procedente de dichas zonas congeladas.

Los hongos, bacterias y virus latentes en estas regiones congeladas podrían reactivarse, lo que aumentaría el riesgo de resistencia a los antimicrobianos. Para frenar el deterioro de la criosfera, el Informe Fronteras 2025 recomienda reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, incluidas las de carbono negro de los motores diésel, la quema agrícola a cielo abierto y los incendios forestales, y limitar el turismo en las frágiles regiones congeladas. También recomienda acelerar la investigación científica sobre la diversidad de microorganismos criosféricos que no sobrevivirán al deterioro de la criosfera.

 

El regreso de los productos químicos prohibidos a través de las inundaciones

El informe identifica los riesgos derivados de la removilización de sustancias químicas prohibidas y eliminadas gradualmente hace décadas. Las inundaciones pueden arrastrar dichas sustancias a la superficie, tras haberse acumulado en sedimentos durante siglos.

A medida que las inundaciones arrastran sedimentos y escombros pueden liberarse sustancias químicas tóxicas y reingresar a zonas urbanas o sistemas alimentarios. El informe enumera medidas eficaces para reducir el creciente riesgo: medidas de control tradicionales como pólderes, diques y cuencas de retención, sistemas de drenaje mejorados, soluciones basadas en la naturaleza (enfoques de ciudades esponja), monitoreo regular de contaminantes en diversos lugares y productos, y estudios de impacto económico sobre esta contaminación.

 

El envejecimiento de las presas

Otra amenaza emergente que aborda el Informe Fronteras 2025 es el envejecimiento de las presas. Además de sus numerosos beneficios, las presas pueden perjudicar a las comunidades indígenas y dependientes de la pesca, y degradar los ecosistemas. La eliminación de presas grandes y antiguas que se han vuelto inseguras, obsoletas o económicamente inviables es cada vez más frecuente en Europa y América del Norte.

El informe destaca los posibles beneficios de la eliminación de presas y barreras para restaurar la conectividad fluvial natural, lo cual favorecería la biodiversidad y los ecosistemas. Revertir la fragmentación fluvial y restaurar los procesos naturales apoya la implementación de los principios de las Naciones Unidas para las iniciativas de restauración de ecosistemas.

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